Transformación

Fecha de publicación 19 marzo 2024
|
Tiempo de lectura 4 minutos

Acortando distancias: últimas tendencias en colaboración remota

Acortando distancias: últimas tendencias en colaboración remota

El trabajo remoto ha experimentado un auge sin precedentes en los últimos años. Una serie de innovaciones tecnológicas lo hicieron posible y las medidas de salud pública relacionadas con la pandemia de COVID-19 le dieron el espaldarazo definitivo. Según una reciente encuesta del Instituto Nacional de Estadística, el 13,8% de los ocupados en España teletrabajó algún día de la semana previa; un porcentaje que se ha estabilizado los últimos años tras registrar un notable aumento durante el confinamiento

La colaboración remota ha continuado evolucionando tras la pandemia, impulsada por los avances tecnológicos y, muy especialmente, por un cambio cultural. Las generaciones más jóvenes han convertido el trabajo remoto en uno de los aspectos laborales que más valoran, hasta el punto de que un 84% de la generación Z y un 74% de los millennials considerarían cambiar de trabajo si su empresa les pidiera volver todos los días a la oficina, según una encuesta de Deloitte

A continuación, vamos a hacer un repaso por las últimas tendencias en colaboración remota que están haciendo posible esta revolución. Desde nuevas herramientas avanzadas de videoconferencia a las plataformas colaborativas que hacen todavía más sencillo a los equipos trabajar a distancia, analizaremos cómo la tecnología está redefiniendo los límites físicos de la oficina.

 

IA y colaboración remota

Si hay una innovación que tendrá un impacto significativo para el futuro del trabajo, al mismo nivel o mayor que el teletrabajo, esa es la inteligencia artificial (IA), tanto predictiva como generativa. Por ello, no es de extrañar que existan puntos de contacto entre ambas tendencias que elevan las posibilidades de la colaboración a un nuevo nivel.

Para empezar, los softwares de organización de flujos de trabajo más populares, TrelloAsana, han llevado a cabo recientemente integraciones con la IA (con OpenAI y AGAT, respectivamente), para crear y sincronizar tareas automáticamente a partir de lo que se habla en las reuniones remotas. Al mismo tiempo, compañías como Microsoft o Google están empezando a incorporar la IA generativa y predictiva a las sus aplicaciones de productividad en la nube, las mismas que allanaron el terreno para el trabajo remoto. 

Hace apenas un mes Microsoft anunciaba que empezaba a integrar Copilot, su asistente de IA generativa basado en el modelo de lenguaje GPT-4, en toda la suite de programas Microsoft 365 (Word, PowerPoint, Excel, Outlook, OneNote y OneDrive) y en su plataforma de inteligencia empresarial Power BI. Tras sus pasos camina Google, que ha anunciado el próximo despliegue de su asistente, Gemini, en Gmail, Docs y otros servicios.

El uso de la IA como ayuda a la cohesión de los equipos se ha vuelto especialmente en un contexto de colaboración asíncrona, donde las plantillas, cada vez más internacionales, no solo trabajan en distintas localidades, sino que lo hacen incluso en distintos países (y husos horarios). Con su capacidad para automatizar tareas, predecir patrones y mejorar la eficiencia, los asistentes de IA ofrecen —a partir de la identificación de patrones— simplificar la gestión de tareas, programar reuniones y, en definitiva, facilitar la organización del trabajo de equipos dispersos.

 

Realidad aumentada

Aunque el metaverso no ha resultado ser la tendencia dominante que Mark Zuckerberg anticipaba cuando cambió el nombre de Facebook a Meta, las capacidades inmersivas que ofrecen la realidad virtual (VR) y la realidad aumentada (AR) siguen captando el interés de muchas empresas que las están incorporando a la colaboración de sus equipos en remoto. Las gafas de realidad aumentada Vision Pro que acaba de lanzar Apple en Estados Unidos han reavivado el interés en esta tendencia. 

La posibilidad de que los equipos interactúen en entornos virtuales de manera inmersiva (en salas de reuniones virtuales o en simulaciones de proyectos) se conoce ya como metaoficina. Aunque no son demasiadas, algunas compañías han abrazado de forma entusiasta este concepto. Es el caso de la empresa inmobiliaria eXp, con 200 empleados en España, que ha creado eXp World: una oficina virtual para sus trabajadores en remoto dispersos por todo el país, donde tienen una sala común donde se hace la reunión de planificación y otros espacios para reuniones más pequeñas, eventos, formaciones, etc.

Una de las opciones que más se están destacando de las nuevas gafas de realidad aumentada de Apple (al igual que sucede con sus homólogos de MicrosoftHoloLens, y de MetaQuest) es la posibilidad de usarlas para mejorar la productividad de la colaboración remota, un importante reto del teletrabajo. Con esta tecnología, un oficinista puede ver “aparecer” en el entorno de trabajo habitual a un compañero que se ha desplazado en viaje de negocio y reunirse con él y el empleado de una fábrica puede visualizar instrucciones precisas del dispositivo que está montando mientras lo manipula. Existen plataformas de trabajo colaborativas en un entorno virtual compartido que despliegan todo su potencial si se usan con estas gafas de AR, aunque también están disponibles para móvil. Es el caso Spatial, que permite a los usuarios interactuar con modelos 3D, tableros y avatares dentro de su entorno real. 

Al mismo tiempo, compañías industriales, como el gigante de las fotocopiadoras Xerox, están utilizando algunas características de la realidad aumentada en su operativa diaria en sus fábricas. Para ello, Xerox ha desarrollado el software CareAR que permite conectar entre sí los dispositivos móviles de sus operarios y que estos puedan no solo intercambiar instrucciones sobre los dispositivos en los que están trabajando, sino “anclar” anotaciones virtuales a las máquinas y que estas puedan ser leídas por otro empleado que tome el relevo.

 

Enfoque en el bienestar emocional

La última tendencia destacada para este año en el ámbito de la colaboración remota no tiene que ver exactamente con ninguna innovación en concreto, sino más bien con conseguir que el uso de las enormes posibilidades tecnológicas que ya existen redunden en el bienestar de los empleados y no lo contrario. 

Pese a que para una parte de los empleados la flexibilidad y la comodidad de la colaboración remota es un objetivo en sí mismo, existen estudios que indican que, para otros muchos trabajadores, está teniendo ciertos costes a nivel de bienestar emocional. La falta de separación entre el hogar y el trabajo puede llevar a una mayor dificultad para desconectar, aumentando el estrés y la fatiga, y la falta de una interacción social como la que se da en la oficina puede afectar el bienestar emocional y contribuir a la sensación de soledad y aislamiento.

Ante eso, algunas empresas están implementando iniciativas dentro de su estrategia de colaboración remota con el objetivo de fomentar la construcción de relaciones significativas a pesar de la distancia. Estas iniciativas incluyen eventos virtuales de team building a través de herramientas de videollamada como Zoom o Teams y juegos online basados en aplicaciones como Kahoot. Estas dinámicas requieren que los participantes colaboren estrechamente para resolver retos y promueven la toma de decisiones en grupo y la distribución de roles según las fortalezas individuales.  

En definitiva, parece que la combinación de las nuevas formas de trabajar y las posibilidades tecnológicas que ofrecen la realidad inmersiva y la IA anticipan que la tendencia hacia la colaboración remota seguirá con fuerza en un futuro próximo y que lo hará redundando en el bienestar de los equipos que llevan a cabo las tareas.

Mantente informado

Suscríbete a nuestra newsletter y mantente siempre informado de todas las iniciativas, propuestas y actividades que organizamos.