Vivir la cultura de la empresa para transmitir coherencia en la organización

Vivimos tiempos inciertos y esto ha quedado demostrado en el último año y medio a raíz de la pandemia de la covid-19. Sin embargo, el entorno cambia cada vez a un ritmo más rápido; la tecnología, la economía y la sociedad misma adaptan sus comportamientos a las nuevas realidades cotidianas, lo que hace más necesario que nunca encontrar un equilibrio entre sostener nuestra empresa sobre unas bases sólidas y ser resilientes y flexibles para adecuarnos a las nuevas tendencias y demandas del mercado.

Si hay algo necesario para mantener la coherencia en la empresa, eso es, sin duda, establecer una cultura organizacional, una serie de valores por los que se muevan y luchen todos los miembros del equipo. Si conseguimos alinear mentalidades y aunar esfuerzos individuales en pro de la consecución de los objetivos de negocio, es entonces cuando lograremos el éxito.

Sobre el eje de la transformación cultural gira el tercer webinar del ciclo CEOE-Más Empresa ‘Los 6 ejes de la empresa 2025. Palancas a activar’, impartido por la key opinion leader de Más Empresa Yolanda Cañizares, coach ejecutiva.

Cañizares insiste en potenciar el binomio cultura-estrategia que, en combinación con la ‘incertidumbre’, crean el caldo de cultivo necesario para que prospere una forma de organización interna y externa alineada con los propósitos de marca. Eso sí, se debe poner el foco en que en la cultura de la empresa no se trata simplemente de realizar una redacción teórica de lo que queremos que sea nuestra empresa: “Si nos centramos solo en esto, es posible que lo que contamos de nuestra cultura y lo que vivimos de nuestra cultura sean cosas totalmente diferentes. La cultura no ha ser una mera definición si no una forma de vivir”, señala la key opinion leader de Más Empresa.

Uno de los principales beneficios que puede proporcionarnos la cultura organizacional es el sentimiento de pertenencia, aquel que desarrollan (o deben desarrollar) todos los miembros del equipo al considerar que la empresa es su casa y el escenario de su desarrollo profesional. “Tenemos que sentirnos comprometidos, sentir que juntos vamos construyendo la historia de la empresa cada día y que estamos contribuyendo a que la empresa salga adelante ajustándose a esos valores compartidos”, explica Cañizares.

Modelo Denison

El modelo Denison es muy útil para conocer cómo funciona nuestra organización. Cañizares propone realizar un esquema en base a este modelo una vez nos hayamos preguntado cuáles son las vivencias de nuestra empresa, de qué manera marcan la forma de trabajar y qué significan.

En este modelo hay cuatro cuadrantes: misión, consistencia, participación y adaptabilidad. Misión y adaptabilidad conforman un eje volcado hacia lo externo, mientras que consistencia y participación se vinculan a procesos internos. Al mismo tiempo, adaptabilidad y participación nos darán pistas de nuestra flexibilidad de cara al mercado, y misión y consistencia nos aportarán las claves para la creación de una base de gestión sólida.

Todos estos ejes entran en tensión entre ellos y conviene reflexionar sobre cuál es la manera correcta de abordarlos:

• Flexibilidad vs. Estabilidad
• Foco externo vs. Foco interno
• Misión vs. Participación
• Adaptabilidad vs. Consistencia

La clave está en el equilibrio entre las diferentes variables para poder orientarnos hacia la consecución de nuestros objetivos como empresa. Y para poder comenzar a trabajar en fomentar la cultura de empresa, es conveniente seguir una serie de pasos:

1. Chequear la cultura de la organización y el proyecto, valores y misión.
2. Diagnóstico de situación (¿podemos mejorar procesos?, ¿cómo son las relaciones de equipo?, políticas…)
3. Plan de reajuste
4. Sistematización
5. Seguimiento

Esta metodología es adecuada para establecer una cultura de organización en la empresa, teniendo en cuenta los entornos VUCA, lo que nos permitirá transmitir una imagen de coherencia interna y externa de nuestra organización en valores, personas y procesos.