Si hay una tecnología que marcó el 2023, esa fue la inteligencia artificial generativa (o GenAI). La viralización de ChatGPT democratizó el acceso a la GenAI. Pero, además, puso sobre la mesa sus capacidades actuales y la infinidad de posibilidades evolutivas que tiene.
En pocos meses, vimos cómo los chatbots mejoraron su nivel de interacción con los humanos, cómo el análisis de documentos se agilizó o cómo la tecnología empezó a ser capaz de producir sus primeros textos e imágenes originales.
Con el fin de 2023 nos preguntamos cuáles serán las tecnologías que van a marcar este 2024. ¿Veremos avances trascendentales en la realidad aumentada? ¿O continuará el reinado de la IA generativa? Vamos a verlo.
Inteligencia artificial generativa
La GenAI se va a mantener en la cúspide de las tecnologías más relevantes. Si en 2023 vimos su democratización, este 2024 veremos su consolidación. Los grandes modelos de lenguaje (LLM, por sus siglas en inglés), una de las tecnologías en las que se basa, continuarán en desarrollo. Sin embargo, este año se presenta como una oportunidad para trabajar en modelos más pequeños y asequibles para su uso en empresas más pequeñas.
En esta línea de hacer la IA generativa más accesible, está previsto que empiecen a surgir herramientas para que las personas y compañías sin capacidades técnicas avanzadas integren esta tecnología en su vida cotidiana. Una tecnología que permitirá que trabajemos de forma más efectiva y productiva, liberando tiempo para dedicarnos a los aspectos más creativos de nuestros ámbitos profesionales y personales.
Tecnologías sostenibles
Los 198 países firmantes del Acuerdo de Dubái en la COP28 se han comprometido a abandonar los combustibles fósiles para alcanzar las cero emisiones netas en 2050. Esto vuelve a poner sobre la mesa la importancia de las energías renovables, la eficiencia energética y todo tipo de tecnologías destinadas a garantizar la sostenibilidad. El impulso de las tecnologías sostenibles también vendrá de la mano de los ciudadanos, que somos cada vez más conscientes de la necesidad de tomar medidas para contrarrestar los efectos del cambio climático.
En este sentido, el hidrógeno verde se posiciona como una alternativa a los combustibles fósiles que va a dar que hablar, no solo en 2024, sino en los próximos años. El sector se enfrentará a dos escollos. El primero consiste en la producción limpia de este gas; es decir, en evitar la emisión de gases de efecto invernadero durante todo el proceso. En la actualidad, se están diseñando sistemas que utilizan energías renovables para su fabricación. El segundo se centra en su eficiencia como combustible, un punto que exigirá desarrollos tecnológicos para aprovechar mejor las posibilidades que ofrece el hidrógeno verde.
La tecnología de captura y almacenamiento de CO2 también será clave en este ámbito, especialmente en los sectores con una gran huella de carbono. Esta técnica consiste en separar el CO2 emitido por la industria, condensarlo (convertirlo en líquido) y transportarlo a un punto de almacenamiento para que quede aislado de la atmósfera a largo plazo. Este punto puede ser, por ejemplo, una formación de roca porosa en el subsuelo.
Computación cuántica
Los ordenadores cuánticos tienen unas capacidades tan elevadas que resultan interesantes para ciertos sectores. Las entidades financieras, por ejemplo, ven en la computación cuántica una herramienta clave para la detección de fraudes y la gestión de riesgos. Su uso también podría ser interesante en campos con grandes necesidades de cálculo, como la secuenciación del genoma o las predicciones meteorológicas.
Sin embargo, estos ordenadores también representan una amenaza para la ciberseguridad de países y gobiernos de todo el mundo. Sus elevadas capacidades pueden dejar obsoletos los sistemas de encriptación o cifrado de información que se emplean en la actualidad. Por ello, el avance de la computación cuántica exige el desarrollo de mecanismos de defensa digitales actualizados. Tal es la necesidad que EEUU tiene previsto publicar este 2024 los estándares para la criptografía poscuántica, una guía de algoritmos de cifrado resistentes a esta tecnología.
Realidad virtual inmersiva y aumentada
En el tercer trimestre de 2022, los usuarios de todo el mundo pasamos una media de seis horas y 37 minutos conectados a internet, según DataReportal. Nuestra existencia como avatares digitales provoca que se estén diluyendo, cada vez más, los límites entre lo real y lo digital. Y las realidades alternativas están permitiendo eliminar de facto las barreras entre esos mundos. Sin embargo, esta fusión también ofrece oportunidades en multitud de campos.
La realidad virtual inmersiva será especialmente revolucionaria en sectores como el de los videojuegos, en los que sumergirnos en un espacio digital mejora la experiencia del usuario. La startup española OWO, por ejemplo, ha sido pionera en crear un chaleco con el que el jugador puede sentir en el torso y en los brazos las sensaciones que requiera el videojuego en el que esté inmerso. Pero esta tecnología también está avanzando en otros ámbitos como el terapéutico. La Universidad Oberta de Catalunya desveló en un estudio que la realidad virtual es una herramienta valiosa para tratar la gestión de emociones. Gracias a ella, los pacientes podrán enfrentarse y tratar de superar situaciones que les generen incomodidad en un espacio totalmente controlado.
La realidad aumentada nos permite superponer elementos virtuales sobre nuestra realidad. En esta línea, la aparición de los gemelos digitales ―una representación virtual de un objeto o sistema con el que se hacen simulaciones― es clave. De hecho, los expertos consideran que los gemelos digitales permitirán a los médicos experimentar en cinco o diez años con nuestros dobles virtuales para ver el efecto de distintos tratamientos sobre nuestro cuerpo. Y todo ello, de forma segura y sin sufrir las consecuencias de la prueba y error en nuestro cuerpo.
Estas son solo algunas de las tecnologías que, previsiblemente, van a marcar este 2024. Sin embargo, como todo en la ciencia, el método de ensayo y error puede sorprendernos con algún descubrimiento inesperado que revolucione el mundo de la tecnología tal y como lo conocemos.