Tendencias
Si eres una pyme que va a lanzar una nueva línea de negocio o abrir nuevos mercados internacionales, si eres una compañía que necesita hacer una reestructuración o eres una empresa familiar y estás en pleno proceso de sucesión, quizá te conviene contratar a un ejecutivo; es decir, a un interim manager.
¿Qué es un interim manager? Como explica AIME, la Asociación de Interim Management de España, es un concepto que “identifica a profesionales con dilatada experiencia en dirección y gestión que se incorporan de forma externa a una empresa para llevar a cabo una misión ejecutiva muy concreta durante un plazo de tiempo determinado y con unos objetivos previamente definidos”.
En España, está aumentando el número de directivos autónomos que son contratados por empresas, que ven en este sistema de trabajo y colaboración una herramienta estratégica para lograr sus objetivos empresariales. Una práctica con beneficios para ambas partes.
Estos gestores internos, gracias a su experiencia, detectan rápidamente las áreas que hay que mejorar o rediseñar, los cambios estructurales que hay que realizar, así como las líneas comerciales o de transformación digital que pueden ayudar a la compañía a mejorar. Estos son sus puntos fuertes y por los que son demandados.
El 95% de estos profesionales en España son hombres, con una media de edad de 56 años, según el “Estudio de mercado Interim Management en España 2024” realizado por AIME en colaboración con INIMA (The International Network of Interim Manager Associations) que agrupa a Austria, Francia, Alemania, Italia, Liechtenstein, Polonia, Portugal, España, Suiza, Reino Unido y República Checa.
Son contratados sobre todo por pymes y empresas familiares españolas de menos de 100 empleados y sólo un 17% de compañías de más de 1000 trabajadores incorporaron un interim manager a su plantilla. En cuanto a sectores, destaca el industrial (automoción, química, alimentación, plástico, bienes de equipo, etc.) con más de un 40% de los contratos. Las nuevas tecnologías ocuparon un 6,5%, seguido por un 4% dedicado a los servicios.
En la mayoría de los casos, los profesionales son contratados para desarrollar labores ejecutivas o en finanzas, durante periodos que oscilan entre los 11 y los 24 meses; son pocos los casos en los que la relación laboral es inferior a 3 meses o superior a los dos años.
Otro aspecto a tener en cuenta es la tarifa de estos profesionales que, según el estudio mencionado, se sitúa entre los 300 y 600 euros al día en la mayoría de los casos, aunque puede llegar a superar los 2000 para determinados trabajos y perfiles.
Es cierto que esta opción conlleva ciertos riesgos entre los que se mencionan sobre todo dos: por un lado, estos directivos temporales tienen que adaptarse rápidamente a la cultura de la empresa, algo que no siempre es fácil; por otro, puede haber reticencias entre los propietarios a admitir a alguien externo, más si ocupa posiciones ejecutivas.
Sin embargo, hay situaciones en las que la incorporación de un profesional a través de este sistema puede ser beneficiosa:
Tags