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Fecha de publicación 29 octubre 2024

¡Se acabó la titulitis! Las empresas buscan personas con habilidades transversales, no sólo con un título académico

¡Se acabó la titulitis! Las empresas buscan personas con habilidades transversales, no sólo con un título académico

Jóvenes sobrecualificados, o sobretitulados, en empleos que no requieren de la formación que han adquirido. Empresas que necesitan perfiles con capacidad para adaptarse a la situación de inestabilidad e incertidumbre actual. ¿Es posible que haya un encuentro entre la oferta y la demanda laboral? Lo cierto es que se ven ciertos cambios. Las habilidades personales y sociales, las soft skills, se están teniendo en cuenta en los procesos de selección para dar respuesta tanto a las necesidades de las pymes como a las de las nuevas generaciones, que valoran aspectos en un trabajo que, hace unos años, ni se tenían en cuenta como la flexibilidad, trabajar en remoto o la transversalidad del puesto de trabajo.

En España, el 36% de los trabajadores están sobrecualificados, según los últimos datos de Eurostat. Es la tasa más alta de la Unión Europea, con un 22% de media. 

Los datos recogidos por Eurostat hacen referencia a las personas que disponen de educación superior, normalmente universitaria, que desempeñan un trabajo que no requieren un nivel educativo tan alto. Existe un desajuste, pues, entre la formación que adquieren y los perfiles laborales que se demandan. La consecuencia es que se aceptan empleos que no tienen que ver con los estudios adquiridos y, por lo tanto, de menor remuneración. “Esto se traduce en que los egresados pueden contar con una buena formación, pero terminan aceptando trabajos para los que sus estudios no son relevantes. Por tanto, no están sobrecualificados para el puesto laboral que ocupan, sino sobretitulados”, explica la miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Montserrat Gomendio, en este artículo de El Español

¡Acabemos con la titulitis!

La titulitis, cuya definición está incluso recogida en el diccionario de la Real Academia Española, ha puesto el peso, casi exclusivamente, en la titulación de los candidatos para acceder a un puesto laboral. Parece que esto está cambiando y ahora las habilidades de una persona se tienen en cuenta tanto o más que sus titulaciones o certificaciones. 

En Estados Unidos, por ejemplo, el 52% de las ofertas de empleo no piden un título para acceder al puesto, y sólo el 17,8% exigen una titulación universitaria, como explica Javier Esteban en El Economista. Este cambio se debe a que los reclutadores basan sus criterios de selección en competencias para dar respuesta a las necesidades de empleo de las empresas. Y es que las pymes, según datos de la Comisión Europea, están modificando el perfil de empleado que buscan: el 68% valora las habilidades blandas (soft skills), el 62% las digitales y el 42% las verdes. 

Las soft skills o habilidades blandas más demandadas

Seleccionar a un candidato a partir sólo de su formación académica puede inducir a error puesto que puede tener un gran conocimiento en una materia (hard skills o habilidad dura), pero quizá no tenga esas cualidades emocionales y sociales que se valoran ahora.

Según la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD)las habilidades blandas o soft skills más demandas por las empresas en 2024 son:

1. Resolución de problemas

2. Flexibilidad y adaptabilidad al cambio

3. Inteligencia emocional y empatía

4. Habilidades comunicativas

5. Responsabilidad ética

6. Capacidad para gestionar el tiempo

7. Creatividad e innovación

8. Liderazgo

9. Capacidad de aprendizaje y desarrollo continuo

10. Persistencia y resiliencia

11. Multiculturalidad y conciencia global

¿Por qué se está produciendo este cambio? 

Por una parte, porque el mercado laboral está exigiendo flexibilidad y adaptabilidad. Las generaciones jóvenes buscan variedad en sus puestos de trabajo, rotación, poder teletrabajar e incluso tener movilidad internacional. Los valores y propósitos de la empresa para la que trabajan también se tienen en cuenta ya que quieren que estén alineados con los suyos, y reclaman una conciliación efectiva y un equilibrio entre su vida personal y profesional. 

Por otra parte, las pymes trabajan en un contexto de incertidumbre al que tienen que responder con rapidez. De ahí que la flexibilidad sea fundamental. Se valoran los perfiles laborales que se adapten a ese ritmo y den soluciones en un corto plazo de tiempo. En consecuencia, no se apuesta tanto por la especialización sino por la transversalidad, por conocimientos y capacidades que puedan ser empleados en diferentes áreas.

Además, las empresas necesitan retener talento y se están adaptando a las demandas de los empleados, colocándolos en el centro: desarrollando programas de salud laboral, mejorando la experiencia del trabajador, ofreciendo sistemas mixtos de trabajo presenciales y online, aplicando sistemas organizativos de trabajo basados en proyectos y retos, por ejemplo.

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