Transformación
Juan Ignacio Pérez Sacristán, físico teórico que actualmente desarrolla modelos de inteligencia artificial para predicción de criptoactivos, ha sido el encargado de cerrar el Ciclo de Innovación Financiera del ecosistema Más Empresa de Ibercaja. Y lo ha hecho con una charla sobre el universo DeFi y las posibilidades que tenemos de realizar operaciones de compraventa de activos crypto en un entorno de finanzas descentralizadas.
Una plataforma DeFi es un gran conjunto de lo que se conoce como ‘smart contracts’ (contratos inteligentes) que se encuentran interconectados. El TVL (Valor Total Bloqueado), que en el contexto de las criptomonedas representa la suma de todos los activos, está disperso en forma de diferentes tokens.
Para entender el funcionamiento de las finanzas descentralizadas, hay que conocer primero el entorno en el que se mueven, por lo que es imprescindible introducir el concepto de tokenizacion.
"Cuando se crea un nuevo elemento en blockchain, lo llamamos tokenizar. Un token es un activo cripto-financiero que tiene asociado un valor, un tipo y una red", explica Pérez. Por ejemplo: USDT es un token de dólar estable, de tipo ERC -20, y pertenece a la red Ethereum.
En la actualidad hay más 20.000 tokens reconocidos: algunos de tipo moneda nativa, como Ether, y la mayoría como tokens creados en redes programables con ‘smart contracts’. La finalidad principal de crear un token sería venderlo, y de esta forma poder financiar un negocio. Según el ponente, "trabajan con ello sobre todo las startups más innovadoras, que por ejemplo hacen crowdfunding a través de aportar tokens a los usuarios que participan. Para esto se requiere un ‘smart contract’ de token y un contrato que haga la venta del token, que se llama ICO (Initial Coin Offering)".
Tras una ICO de éxito, el siguiente paso es lograr que el token sea listado en las casas de cambio centralizadas (CEx) o descentralizadas (DEx). Cabe señalar que en una ICO solo los inversores que intervienen directamente en la compra de tokens dispondrán del activo. Una vez llevado el token a otros mercados, se encontrará al alcance de más inversores y se abrirá la posibilidad de comprarlo, venderlo, pedirlo prestado… Y así es como aparece el concepto DeFi y los mercados descentralizados.
El hecho de que existan millares de tokens y que podamos jugar con ellos, comprarlos y venderlos, es lo que genera los mercados de compraventa. "A día de hoy hay muchas plataformas DeFi, alrededor de 100 en blockchain, como UniSwao, AAVE, Compound, MakerDAO… La mayoría funcionan sobre la cadena Ethereum", apunta Pérez.
Prácticamente cualquier usuario con acceso a Internet puede operar en este ecosistema financiero. Lo que necesitará para acceder a las aplicaciones de finanzas descentralizadas es un ‘wallet’ (monedero virtual) donde deposite sus tokens. Para identificarse en el entorno de Web 3, que utiliza la tecnología blockchain y sus redes distribuidas, la manera de hacerlo es mediante este ‘wallet’. La ventaja de esta identificación es que no se necesita ni usuario ni contraseña: simplemente con tener abierto el ‘wallet’ puedes reconocerte como poseedor de tokens. Los únicos datos visibles son el valor de las monedas que se tiene acumulado, nada más relacionado con nombres, edad, ubicación…
"En blockchain, todas las transacciones pueden visualizarse en un explorador de cadena de forma pública, que mostrará el detalle de la transacción: origen, destino, datos enviados, costes del envío…", indica el ponente.
Además de operaciones de intercambio de moneda, en DeFi se pueden ejecutar otras más elaboradas, como ‘Margin Trading’, que permite multiplicar el beneficio (también la perdida). Lo que se hace para dar el servicio es un préstamo. "Si invertimos una cantidad en ‘Margin Trading’, la cantidad paga un préstamo que da la plataforma de forma transparente, y de esa manera podremos comprar más cantidad de token con mayor riesgo", resalta Pérez.
También hay operaciones como pedir un préstamo, para lo que necesitaremos aportar un respaldo previamente. Ese respaldo paga los intereses por adelantado y cubre el valor prestado (principal) en caso de no devolverlo nunca. El interés al que se concede el préstamo se indica como un porcentaje APY (Annual Percentage Yield).