Encuentros
Para Kiko Llaneras, periodista de datos en El País, “vivimos mejor que nunca. Un ejemplo que lo demuestra es el porcentaje de mortalidad infantil en el mundo, que en tan solo 25 años se ha reducido a la mitad. Sin embargo, vemos la realidad de manera sesgada y uno de los sesgos que nos domina es el pesimismo. El progreso parece invisible porque la conversación tiende hacia lo que no funciona, lo que no se consigue”.
Llaneras realizó estas declaraciones en el marco de las XI Jornadas Planes de Pensiones en España organizadas por Ibercaja y CincoDías, donde conversó sobre longevidad y cambio demográfico.
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 2015 y 2050, el porcentaje de personas mayores de 60 años en todo el planeta casi se duplicará, llegando a los 2.100 millones. El número de mayores de 80 años se triplicará hasta alcanzar los 426 millones en 2050. El ritmo de envejecimiento de la población es mucho más rápido que en el pasado, mientras que la tasa de crecimiento global se ralentiza. De hecho, en 2020 la población mayor de 60 años superó a la de niños menores de cinco años, según la OMS. Según Llaneras, “las proyecciones del aumento de la esperanza de vida son más o menos constantes, no se ha reducido, y las tesis del límite biológico de la vida se han ido saltando”.
El envejecimiento de la población no sólo afecta a los servicios de salud y de asistencia social, sino que tensiona también el sistema de pensiones. La longevidad genera un déficit que los gobiernos están tratando de abordar con diferentes medidas que fomenten el ahorro a largo plazo, por ejemplo, a través de los planes de empleo promovidos por las empresas para sus trabajadores.
Estos instrumentos de ahorro están concebidos como complementos a la jubilación y permiten que los empleados cuenten con contribuciones extra para una vejez que cada vez es más longeva, al mismo tiempo que obtienen ventajas fiscales de esas aportaciones.
Para las empresas, los planes de empleo son una herramienta que, además de contribuir al bienestar financiero de sus empleados, permite fidelizar y retener talento, además de contribuir a consolidar el sentimiento de permanencia en la plantilla.
Se trata de una herramienta que ya se utiliza en países europeos y que ha dado buenos resultados. Por ejemplo, en el Reino Unido, en una década, 10 millones de trabajadores se incorporaron a los planes de empleo ofrecidos por las empresas gracias a la inscripción automática, según Mirenchu del Valle, presidenta de UNESPA.
Según la directiva, mecanismos como este deben de estimularse en España para impulsar el segundo pilar de las pensiones y llegar al objetivo marcado por el Gobierno para 2030 de que la mitad de la población activa cuente con un plan de empleo. Una opinión que compartió Ángel Martínez-Aldama, presidente de INVERCO, quien se mostró optimista ante las previsiones de cambio gracias al impulso que la Comisión Europea está dando al ahorro para las jubilaciones y que en breve publicará las recomendaciones sobre auto enrollement, pension dashboard y pension tracking system.
Estas herramientas de ahorro a largo plazo se configuran como mecanismos que pueden amortiguar las consecuencias del desequilibrio poblacional, asegurando unas mejores jubilaciones sin tener que depender exclusivamente de las contribuciones de las generaciones jóvenes a las pensiones públicas.
“Desde Ibercaja creemos que los planes de empleo son una palanca esencial para reforzar el bienestar financiero de las personas y asegurar un futuro sostenible para las próximas generaciones” afirma José Carlos Vizárraga, director general de Ibercaja Pensión.
Precisamente, este desequilibrio demográfico está creando, además, un conflicto generacional debido a que la relación entre pobreza y edad o entre renta y patrimonio se ha invertido, como puso de manifiesto Kiko Llaneras. “Hace 20 años, era innegable que la sociedad era mejor que antes. Cuando se tiene la sensación nítida de que se va hacia delante es más fácil tener conversaciones que no sean de ‘suma cero’. Si los salarios subieran de forma diferente, no hablaríamos de tensión generacional”, añadió.
En su diálogo con Laura Salces, jefa mercados en CincoDías, Llaneras abordó también el tema de la inteligencia artificial. Se mostró optimista sobre el impacto que va a tener en la sociedad. No obstante, matizó que, “aunque haga el mundo mejor, no sé si va a ser un tremendo negocio porque mover la economía y mover la sociedad son cosas diferentes”. A pesar de estas reservas, Llaneras defendió la novedad que supone disponer de una tecnología que antes no existía. “Nosotros somos producto de algo similar que es la evolución. La diferencia entre la IA y los humanos es la manera de aprender. La inteligencia artificial aprende de infinitas experiencias mientras que las personas aprendemos de manera finita porque nuestras vidas tienen un plazo”.
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