En Estados Unidos los precios se han moderado en el último trimestre y anticipan una contención del crecimiento interanual hacia tasas compatibles con los objetivos de la Reserva Federal. Si atendemos al dato del PIB, la actividad económica se aceleró en el segundo trimestre. “Aumentan las dudas sobre la salud del ciclo cuando el mercado laboral ya da muestras de debilidad, sobre todo atendiendo a la serie de la encuesta a los hogares. Se espera que la autoridad monetaria inicie el 18 de septiembre el ciclo de bajadas del tipo de intervención”, apunta Santiago Martínez.
En la Zona Euro, los datos del PIB muestran una ligera reactivación del crecimiento en el primer semestre, a pesar de que Alemania sigue viviendo una coyuntura cercana a la recesión y de que los datos de confianza no se recuperan al ritmo previsto. Sin embargo, en la zona mediterránea, la situación es más favorable. En el nuevo ciclo la industria tiene menos expansión y los servicios, sobre todo los turísticos, crecen con fuerza y repercuten en economías más dependientes de ellos, como es el caso de España.
En lo que respecta a los precios, la desaceleración no ha sido la esperada por el Banco Central Europeo. La intensidad ha sido menor debido a la resistencia de los precios en el sector servicios. En cualquier caso, se esperan nuevas bajadas de los tipos de intervención este año.
En España, el informe desvela que el crecimiento económico ha seguido sorprendiendo al alza y que se volvió a acelerar en el segundo trimestre: “La expansión del empleo y de los salarios mientras se reducen las presiones inflacionistas, a lo que hay que sumar el apoyo de las exportaciones de servicios, está alargando el periodo de crecimiento por encima del potencial”, explica Martínez en el podcast. No obstante, las empresas podrían estar empezando a acusar los incrementos de costes en sus márgenes: los datos de ocupación en los últimos meses muestran un menor dinamismo.
El informe también recuerda que la coyuntura económica sigue expuesta a riesgos geopolíticos, como las guerras de Ucrania y Gaza, y a tensiones comerciales, como los incrementos arancelarios. El resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre podría influir en ambas variables.