Líderes
En España, según AEBAN, la Asociación Española de Business Angels, en su informe “Business angels 2025. La inversión en startups: actividad y tendencias”, se señala cómo está siendo el país más dinámico del sur de Europa a la hora de captar inversión a través de venture capital, superando a Italia y Portugal. De hecho, se alcanzó un volumen de unos 1.437 millones de euros en 2024. La inversión media fue de 95.525 euros (que se reduce a 45.365 euros si se excluyen los casos de mayor volumen con aportaciones superiores al millón de euros) y los sectores más atractivos para los business angels fueron las tecnologías de la salud, la alimentación y la agricultura y el software empresarial.
La jornada “Escala: Cómo crecer sin morir en el intento” organizada por Cepyme Aragón y Zebra con motivo de la Semana del Emprendimiento en Aragón, dedicó una mesa redonda a la inversión en proyectos empresariales titulada ‘Radiografía de los problemas: análisis de errores comunes y aprendizajes desde la perspectiva inversora’, en la que se analizó el emprendimiento desde el punto de vista de los inversores.
En ella participaron Tatiana García, directora de Proyectos Estratégicos de Hyboria Capital, y Santiago Navarro, CEO de TIN 50, dos compañías que invierten capital y acompañan con experiencia y asesoramiento a emprendedores. En el caso de Hyboria, centrado en los sectores de biotecnología, movilidad eléctrica, agroindustria avanzada y tecnología, tanto para proyectos en fase de crecimiento como consolidación. Por su parte, TIN 50 impulsa iniciativas con impacto positivo para el desarrollo de la sociedad basadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.
Además de la inversión, los business angels desempeñan un papel relevante en el seguimiento de la actividad de la empresa. Aunque no intervienen en la gestión diaria, sí que llevan a cabo un control del gasto para garantizar que el “burn rate” (la velocidad a la que una empresa consume su capital disponible) es sostenible. En este sentido, asesoran con su experiencia a establecer KPIs adecuados, hacer proyecciones financieras y establecer prioridades. Como explicó Santiago Navarro, “cuando tienes dinero en el banco, gastas con otra alegría: eso también pasa en el mundo empresarial. Por eso, como inversores, queremos hacer un seguimiento de dónde destinamos nuestro dinero, pero también queremos proponer cosas”. En este sentido, explicó que su función también es ayudar a establecer unos indicadores evaluadores de cómo va la empresa y la inversión y que haya correlación entre los indicadores y el gasto. Además, Navarro aseguró que “para las empresas es positivo tener un agente externo, que somos los inversores, para poder controlar el devenir de la compañía porque el de fuera tiene un punto de vista menos ’romántico’ que el propietario”.
En esa relación que se establece entre emprendedor e inversor, la honestidad y la transparencia es fundamental, según Tatiana García. Ocultar información, exagerar datos o maquillar problemas para conseguir inversión es un error. “Lo ético y lo que mejor funciona es no mentir deliberadamente”. Reconoció que los planes de negocio pueden modificarse y cambiar su rumbo debido al mercado, pero “no es aceptable que el emprendedor ponga excusas continuamente”. Para un inversor, en su opinión, esto es una señal de falta de responsabilidad o de madurez empresarial, lo que eleva el riesgo de “desenamorarse”, es decir, de perder la confianza y el interés en la startup llegando al extremo de tener que tomar medidas drásticas como las “operaciones acordeón”, es decir, reducir el capital social de la empresa hasta casi cero y cambiar los socios para proteger la inversión. García admitió que estas soluciones no gustan a los inversores por lo que defendió una relación basada en la honestidad donde el inversor “pone un punto de lucidez al proyecto”.
“Los proyectos que mejor evolucionan son aquellos que combinan financiación con acompañamiento experto. Nuestro compromiso es aportar esa visión que ayuda al emprendedor a tomar decisiones con datos y con una estrategia clara”, subraya Teresa Fernández, directora de Banca de Empresas de Ibercaja.
Como inversores privados en emprendimiento, los inversores adquieren una gran experiencia tanto personal como a través de los proyectos que financian. En la charla que mantuvieron, García y Navarro hablaron también de su rol a la hora de analizar iniciativas, tanto propias como ajenas. Al respecto, García admitió que siempre tienen ideas nuevas que valorar. “Ese ‘gusanillo’ está siempre y lo bueno es que cada vez se mejora la forma de actuar desde la experiencia. Eso sí, si valoramos que la idea es muy rocambolesca y genera muchas dudas, lo mejor es no lanzarse a esa aventura”, concluyó.
Por su parte, Navarro admitió que su interés radica en prestar apoyo a empresas que aporten a la sociedad, que cumplan un propósito. “Tengo una necesidad imperiosa de que así sea. Mi objetivo es llegar en el momento en el que la empresa necesita escalar y, una vez que lo ha conseguido, para mí no tiene sentido seguir. Y en este camino, es importante trabajar con personas con las que comparto valores”.
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