Transformación
La innovación es clave para mejorar la competitividad de las empresas. Las compañías invierten importantes recursos en el desarrollo de invenciones, diseños industriales, nuevos productos o servicios o en adaptaciones de éstos para alcanzar nuevos mercados. Son intangibles que forman parte del activo de las compañías y, por tanto, de un gran valor empresarial. Proteger este patrimonio da seguridad jurídica a las empresas e impide que terceros los utilicen, copien o exploten sin consentimiento.
“En un entorno donde la diferenciación marca la supervivencia empresarial, la protección de la propiedad industrial no es solo una cuestión legal, sino una inversión en valor, futuro y reputación. Acompañamos a las empresas en este camino con soluciones financieras y asesoramiento especializado que impulsen su crecimiento”, señala Teresa Fernández, directora de Banca de Empresas de Ibercaja.
Según datos de la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM), las solicitudes de registro están aumentando en los últimos años. Destacan, por ejemplo, las de diseños industriales, con un incremento de casi un 34% respecto a 2022; las de nombres comerciales, con un 21,5%, y las de patentes, con un 10%.
Existen cuatro tipos de derechos de propiedad industrial en España:
La propiedad industrial es un patrimonio intangible en el que la empresa ha invertido recursos financieros y humanos para el desarrollo de un nuevo producto o servicio, patente o marca.
Registrar estos activos tiene importantes ventajas:
La inversión en la protección de la propiedad industrial de las empresas es una apuesta estratégica para garantizar la competitividad, la diferenciación y el futuro de la compañía a largo plazo.
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