El avance de la tecnología ha hecho posible que se diseñen objetos con capacidad autónoma para ejecutar tareas. Progresivamente, el nivel de complejidad de las operaciones que pueden llevar a cabo se ha ido incrementando y, hoy en día, ya se habla de objetos autónomos en multitud de áreas: en transporte de mercancías y logística, en automovilismo, en el ámbito doméstico, en industria, etc.
Así lo explica Elena Rodríguez, directora de Opinno People. La consultora de innovación se ha unido al departamento de Banca de Empresas de Ibercaja para lanzar una serie de ‘vídeo píldoras de innovación’ en el marco del ecosistema Más Empresa de Ibercaja, cuyo contenido se irá publicando a lo largo del mes de agosto en el apartado de ‘Actualidad’.
Desde el robot de cocina que prepara la comida hasta el que limpia la casa, pasando por coches que no precisan de conductor o aparcan solos, o máquinas industriales que pintan, modelan o cortan piezas, en todos ellos la inteligencia artificial hace posible automatizar un trabajo que hasta hace poco solo podía realizar una persona.
“La base de la autonomía de los objetos va más allá de un desarrollo informático usual. Se utiliza inteligencia artificial para entrenarlos en comportamientos avanzados, como interactuar de una forma más natural con el entorno y el ser humano sin necesidad de recurrir a recursos externos”, matiza la experta.
Sí que es cierto, por otro lado, que en algunos casos todavía se hace necesaria la intervención humana. Por eso, actualmente los objetos autónomos se usan, eminentemente, en entornos controlados, como fábricas o minas para montaje y embalaje de productos, transporte de materias primas y otros procesos industriales.
Además, “su uso en espacios públicos y abiertos puede demorarse por las restricciones y las limitaciones legales al respecto”, cuenta Rodríguez, y señala el particular caso de Amazon que, “en agosto de 2020, obtuvo el permiso para realizar las entregas de sus productos en EE.UU. con drones. Un hito vital para la multinacional y para todo el mundo de los objetos autónomos ya que, así como la regulación se afianza, también crece la aceptación social”, añade.
Lo cierto es que cada vez son más los ámbitos a los que se aplica la Inteligencia Artificial (IA). Honda está experimentando con el diseño de coches que puedan comunicarse entre ellos y con la agencia de tráfico correspondiente para poder optimizar los flujos de movilidad en carretera. También en el sector marítimo se están haciendo pruebas con buques autónomos; de hecho, ya existe un transbordador en Noruega que realiza de forma independiente el trayecto entre dos ciudades gracias al sistema de alta tecnología implementado por la compañía Kongsberg.
El sector continúa avanzando con la creación de “enjambres”, es decir, grupos de dispositivos autónomos que se coordinan para llevar a término tareas de forma conjunta y simultánea.