“La elección de Trump como presidente de Estados Unidos puede provocar fuertes alteraciones en la economía mundial”

“Su cargo puede provocar fuertes alteraciones en la economía mundial debido a sus políticas disruptivas, vía reducciones de impuestos y fuertes subidas arancelarias, así como en diplomacia exterior”. Así lo explica Santiago Martínez, jefe de Análisis Económico y Financiero de Ibercaja, en el podcast que repasa los datos más destacados del informe de coyuntura económica de Ibercaja del mes de noviembre.

Según Martínez, los primeros impactos se darían en los flujos de comercio internacional, “pero también hay que considerar el aumento del riesgo de inestabilidad financiera por el desequilibrio del que parten las cuentas públicas de Estados Unidos, y por las tensiones sobre los precios que generarían las políticas proteccionistas”, apunta. 

Mientras comienza el mandato de Trump, la economía de Estados Unidos continúa creciendo a tasas elevadas y superiores al potencial a largo plazo. El aumento del PIB descansa en el buen desempeño del consumo, que a su vez se beneficia de la expansión de los ingresos de los hogares. En este sentido, conviene vigilar el mercado laboral, que ha presentado señales mixtas en los últimos meses. 

El crecimiento del PIB, mejor de lo previsto en la Zona Euro

En la zona Euro, el crecimiento del PIB en el tercer trimestre ha sido mejor de lo previsto, ya que “superó lo que cabía esperar de los datos publicados mensualmente, tanto de actividad como de opinión empresarial”, indica Santiago Martínez. El mercado laboral mantiene su fortaleza, pero, al igual que el PIB, revela las diferentes realidades regionales dentro de la unión monetaria. Hay países, entre los que destaca Alemania, donde el PIB continúa estancado y el paro aumenta. 

Sin embargo, la economía española es una de las más dinámicas de Europa. El PIB sigue impulsado por la expansión del sector servicios y su buena posición competitiva internacional. El consumo de los hogares parece reactivarse y tiene el apoyo del aumento del empleo y los salarios. 

El aspecto menos positivo de la economía española continúa siendo la atonía de la inversión, que es necesaria para mejorar una productividad que parte de niveles bajos dentro del mundo desarrollado.