Transformación
No hay departamento en una empresa que no se vea afectado por la digitalización y el uso de la inteligencia artificial. Las áreas de contabilidad, fiscal y tributos no son una excepción.
De hecho, hay numerosos requisitos que las autoridades fiscales exigen ya presentarlos digitalmente por lo que la transición tecnológica es inevitable e imprescindible. Aquellas empresas que no incorporen herramientas digitales, o que lo hagan tarde, van a quedar a la cola, con lo que supone de pérdida de competitividad.
El futuro de la digitalización fiscal en España apunta hacia una mayor automatización. La Agencia Tributaria ha iniciado la implementación de sistemas avanzados basados en la inteligencia artificial y el big data para predecir y prevenir el fraude fiscal, permitiendo un sistema más eficiente y eficaz.
Esta transición hacia el uso de tecnologías digitales no solo lucha contra el fraude fiscal, sino que trata de simplificar los deberes tributarios y mejorar la transparencia de las empresas.
Por el contrario, no aplicar la digitalización fiscal expone a las compañías a ciertos riesgos. Por ejemplo, ante posibles incumplimientos con Hacienda si la empresa no realiza los procedimientos que la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) solicita digitalmente. Otro problema que conlleva no modernizar tecnológicamente el departamento fiscal es que la empresa se encontrará ante una situación de desigualdad e indefensión frente a los datos de los que disponga el fisco y no podrá anticiparse a determinadas situaciones.
Los desafíos que presenta la digitalización fiscal no difieren mucho de los de otros sectores, pero quizá sí requieran de una mayor atención en algunos aspectos al trabajar con información sensible para las empresas.
Por ejemplo, junto con las herramientas digitales debe pensarse en la incorporación de medidas de seguridad continuas para garantizar la privacidad de los datos o el uso indebido de los mismos.
En el caso de tecnología basada en inteligencia artificial, debe implementarse una política de revisión de los datos ofrecidos por la IA para asegurar que sean precisos ya que, presentar informaciones inexactas o erróneas puede acarrear problemas de responsabilidad a la empresa.
Aunque todavía queda camino por recorrer en la digitalización fiscal, los profesionales creen que es un momento crucial para tomar decisiones sobre las aplicaciones tecnológicas que se pueden adoptar. Va a requerir de inversión por lo que primero hay que reflexionar, analizar las necesidades en función del tipo de empresa y de los clientes, y priorizar objetivos. Además, como en la aplicación de cualquier tipo de innovación tecnológica, requiere que haya una implicación total por parte de la dirección y sinergias entre los departamentos.
Al mismo tiempo, la aplicación de métodos de digitalización en este campo presenta importantes ventajas, encaminadas a mejorar la eficiencia y la calidad de los análisis.
La tecnología y la inteligencia artificial va a permitir:
"Es innegable el retorno que conlleva, tanto para la función fiscal como para la organización, el acometer un proceso de digitalización que cubra la vertiente de gobernanza fiscal, ya sea desde el punto de vista de optimización de sus recursos, de mitigación de riesgos fiscales, de cumplimiento de las obligaciones tributarias o de satisfacción de las necesidades de los stakeholders, entre otros factores", subraya Jorge Martín Girola, socio de Fiscal de Deloitte Legal, en un artículo para Expansión.
Junto a estas ventajas, se añade otra: la “autoinspección” mediante el análisis y control de los propios datos de la empresa a partir de las herramientas digitales. Esto ayudará a un mayor complimiento fiscal que beneficiará a las compañías, según los expertos.
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