Transformación

Fecha de publicación 09 mayo 2025

Kit de supervivencia empresarial para hacer frente a la incertidumbre

Kit de supervivencia empresarial para hacer frente a la incertidumbre

En un entorno cada vez más cambiante, contar con un kit de supervivencia empresarial es esencial para garantizar la estabilidad de cualquier negocio. Este conjunto de herramientas estratégicas, financieras y operativas permite a las empresas enfrentar crisis, adaptarse a nuevos escenarios y tomar decisiones con mayor agilidad. 

Ante tiempos convulsos, se necesitan ideas creativas y, sobre todo, medidas de contingencia que permitan hacer frente a situaciones inesperadas. Todo lo que contribuya a estar preparados ante cualquier imprevisto nos ayudará a sobrellevar mejor la incertidumbre.

El kit de supervivencia que lanzó la Unión Europea hace unas semanas era una llamada de atención a estar prevenidos. Quizá podía sonar algo alarmante, pero es cierto que las cosas pueden ponerse difíciles cuando menos te lo esperas y si estás preparado, las consecuencias pueden ser menores. Pensemos en el apagón del 28 de abril: quienes tenían una radio analógica, velas o dinero en metálico pudieron llevar mejor una situación sobrevenida que nos pilló in fraganti.

Trasladado al ámbito económico, las empresas están navegando en ríos revueltos últimamente: la guerra de Ucrania, la de Gaza, la llegada de Trump a la presidencia de EE.UU. y su política arancelaria, que ha desestabilizado los mercados, cambiado el orden político internacional conocido hasta ahora y ha generado incertidumbre en empresas y ciudadanos por las repercusiones que estas medidas van a tener en los bolsillos de todos.

Para hacer frente a las inestabilidades económicas, las empresas también deben de estar preparadas. Es lo que ha denominado Enrique Barbero, director de Comunicación, Marca y Relaciones Institucionales de Ibercaja, “el kit de supervivencia empresarial”.

El kit está compuesto por cuatro elementos

 

  • Componente financiero. Las empresas deben de disponer de más activos líquidos o líneas de crédito con entidades financieras que les permitan disponer de mayor liquidez de forma rápida. De esta forma, las compañías pueden hacer frente a gastos imprevistos y cumplir con las obligaciones corrientes; además, disponer de una mayor liquidez les dará flexibilidad y reducirá su vulnerabilidad en momentos de crisis.
  • Ventas y compras. Ante un contexto impredecible, no basta con tener un plan B, sino que hay que tener planes alternativos y fáciles de activar. En definitiva, se trata de pensar en todos los escenarios posibles y planificar cuál sería la reacción en cada uno de los escenarios. De esta forma, se puede hacer frente a la pérdida de clientes o proveedores, alteraciones en la cadena de suministros, etc.
  • Tecnología y aprovisionamientos. Hay que reflexionar detenidamente sobre qué recursos son necesarios para garantizar la continuidad de la actividad y cómo se van a garantizar. Desde la energía, el agua, las materias primas o el personal, hasta la seguridad digital para defendernos ante ciberataques. Una vez identificadas todas las necesidades, hay que ver si hay que implementarlas y qué inversiones se necesita llevar a cabo.
  • Organización interna en situaciones de crisis. Las empresas tienen que contar con planes de continuidad y comités de crisis que se activen y actúen de forma inmediata dando respuesta efectiva a la emergencia. Los retrasos desencadenan más problemas organizativos y de gestión y fallos en la comunicación por lo que la efectividad es prioritaria ante una crisis. 

 

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