Transformación
El informe “El futuro de la competitividad de Europa”, más conocido como Informe Draghi, elaborado por el ex primer ministro de Italia y ex presidente del Banco Central Europeo Mario Draghi, incluye la hiperregulación como uno de los problemas que afectan a la pérdida de competitividad de las empresas europeas frente a EE.UU. o China. Esto se suma a otros factores como la menor inversión en I+D, la baja productividad o la dependencia de recursos estratégicos. En lo relativo al exceso normativo, el informe plantea una serie de medidas encaminadas a su simplificación, sugiriendo la evaluación coste-beneficio de la regulación e incluso una posible “pausa regulatoria”.
La sobrerregulación también preocupa a los empresarios españoles, como analizamos en este artículo de la Revista Economía Aragonesa. España ocupa el puesto 97 en el ranking del Banco Mundial que mide la facilidad para abrir un negocio. La legislación que los nuevos negocios deben tener en cuenta antes de levantar la persiana disuade a muchos de emprender. En el caso de las empresas ya establecidas, les reduce su competitividad al tener que destinar recursos y tiempo a asegurarse de cumplir las normas en lugar de destinarlo al desarrollo de su propia actividad.
Toño Ruiz, jefe de Estrategia Comercial de Ibercaja, considera que “la simplificación normativa no solo reduce costes, sino que permite a las empresas redirigir recursos hacia la innovación, la internacionalización y la sostenibilidad, claves para mejorar su competitividad en un entorno global cada vez más exigente” y en este sentido, destaca que uno de los compromisos de Ibercaja es apoyar, fomentar y acompañar el desarrollo de las empresas.
Para mejorar la competitividad empresarial, la Comisión Europea ha presentado un paquete de reformas legislativas con el fin de simplificar el entorno regulatorio y reducir las cargas administrativas. Estas iniciativas forman parte del llamado paquete “Ómnibus”, que afecta a las directivas de reporte (CSRD), debida diligencia (CSDDD), la Taxonomía europea, el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM) y el programa InvestEU.
Como se detalla en la web de la Comisión Europea, el objetivo es reducir la carga administrativa en un 25% y, en el caso de las pymes, de un 35% como mínimo. De esta forma, se busca simplificar y lograr una legislación más ágil y eficaz que permitirá que las empresas puedan acceder a una financiación sostenible que contribuya a la transición verde. En cifras, este adelgazamiento de los requisitos normativos podría generar un ahorro en costes administrativos de hasta 6.300 millones de euros al año y movilizar hasta 50.000 millones de euros en inversión pública y privada adicional.
Uno de los ejes principales de esta reforma se centra en la presentación de información corporativa relacionada con la sostenibilidad. Se plantea reducir el ámbito de aplicación de la Directiva sobre información corporativa en materia de sostenibilidad (Corporate Sustainability Reporting Directive -CSRD- en inglés), excluyendo al 80 % de las empresas actualmente afectadas y centrando las obligaciones en aquellas de mayor tamaño y con mayor impacto medioambiental y social.
Entre las medidas, se incluye:
Estas iniciativas no solo alivian la carga para las empresas más pequeñas, sino que también promueven un sistema más proporcionado, donde se prioriza la transparencia sin generar costes excesivos.
La Comisión también introduce reformas sustanciales en la directiva sobre diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad (CSDDD).
El nuevo enfoque propone limitar los requisitos sistemáticos a los socios comerciales directos, reduciendo la frecuencia de los informes obligatorios de una vez al año a una cada cinco años, salvo que existan riesgos o incidencias que lo justifiquen.
Además, se reducen las cargas para las pymes, evitando el efecto de “goteo” por parte de las grandes empresas en sus cadenas de valor al limitar la cantidad de información que éstas pueden solicitar a sus proveedores. También se retiran las obligaciones de responsabilidad civil de la UE, permitiendo a los Estados miembros adaptar sus propios mecanismos mientras se garantiza una compensación adecuada a las víctimas por el daño causado por el incumplimiento de las normas pertinentes. Además, se aplaza hasta 2028 la aplicación de requisitos de diligencia debida para las empresas más grandes.
También se introducen cambios en el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (MAFC):
Conscientes de que la inversión es una palanca de crecimiento, la Comisión propone adaptar programas clave como InvestEU, un instrumento clave para impulsar las inversiones necesarias para la competitividad, la innovación, la descarbonización y la sostenibilidad. De hecho, el 45% de sus operaciones apoyan objetivos medioambientales.
Las reformas permitirán:
Mantente informado
Suscríbete a nuestra newsletter y mantente siempre informado de todas las iniciativas, propuestas y actividades que organizamos.