Desde el lanzamiento de ChatGPT en 2022, la inteligencia artificial (IA) no ha dejado de crecer y expandirse por todo el mundo. Su impacto está siendo tal que Grand View Research estima que este mercado experimentará un crecimiento anual compuesto del 37,3% entre 2023 y 2030, alcanzando 1,8 billones de dólares (unos 1,6 billones de euros) en 2030. Estas predicciones confirman que la IA ha venido para quedarse, optimizando y automatizando la ejecución de tareas.
Aunque la IA está en pleno desarrollo y expansión, hay industrias que han sabido aprovechar desde el principio las oportunidades que ofrece esta herramienta adaptándola a sus necesidades. Es el caso del sector financiero, que ha visto en ella una clave para mejorar su relación con los usuarios, personalizando los servicios ofrecidos y la atención al cliente.
IA para personalizar la relación con el cliente
La Asociación Española de Banca (AEB) destaca en un informe las ventajas que supondrá el desarrollo de la IA, especialmente en el campo del procesamiento natural del lenguaje, el análisis de sentimientos y el aprendizaje automático.
Chatbots complejos
La AEB considera que estos avances permitirán diseñar chatbots cada vez más inteligentes que resolverán incluso las consultas más complejas de los clientes. Además, el aprendizaje automático permitirá a esta tecnología ir modificando la forma de relacionarse con los usuarios, adaptándose a sus necesidades particulares y haciendo más eficiente su atención.
Personalización de productos
En esta misma línea, la AEB subraya cómo las entidades financieras podrán utilizar modelos de IA para analizar grandes cantidades de datos y crear productos personalizados. Extraer conclusiones sobre el comportamiento del cliente es clave para averiguar cuáles son sus gustos, sus necesidades y sus expectativas. De esta manera, el sector financiero podrá anticiparse a todo ello y diseñar soluciones que se adapten a lo que buscan los usuarios. En este sentido, la IA también se puede ver como una herramienta que ayude a los departamentos de marketing a personalizar los contenidos que difunden.
Análisis predictivos
Además, la IA puede contribuir a que las entidades financieras ayuden a sus clientes a gestionar su patrimonio. La creación de un perfil de usuario con información sobre las tendencias personales, como la capacidad de ahorro, los tiempos de pago, el interés inversor o la valoración de riesgo, permiten hacer análisis predictivos con los que formar y aconsejar a los clientes sobre las mejores opciones para sacarle el máximo partido a su dinero.
IA para mejorar la seguridad del sector financiero
La IA también puede ser clave aplicada a áreas internas esenciales para el buen funcionamiento de las propias entidades, como la seguridad.
Detección de anomalías
En este sentido, el Fondo Monetario Internacional (FMI) destaca en una publicación cómo esta tecnología acelera la detección de anomalías que, de otra forma, pasarían inadvertidas. Estas irregularidades se pueden identificar con rapidez gracias a los patrones de comportamiento del cliente registrados y analizados por la IA. Una vez detectado el comportamiento extraño, la IA es capaz de poner en marcha un mecanismo de seguridad que ayuda a garantizar la seguridad de los usuarios. Un ejemplo de esto sería cuando nuestro banco detecta un pago en un país diferente o más elevado de lo habitual. En ese momento, gracias a la tecnología podemos recibir un correo electrónico o un mensaje de texto para confirmar que somos nosotros los que estamos realizando esa operación.
Automatización de procesos
Por otro lado, la IA está permitiendo automatizar procesos lentos, permitiendo a los profesionales destinar más tiempo a mejorar los servicios que prestan al cliente. En esta línea, la IA puede ser útil para digitalizar y auditar documentos, dejando en manos de las personas el análisis final y la extracción de conclusiones. También puede ser clave en la gestión del riesgo de liquidez de los usuarios, el vencimiento de pagos o la planificación de operaciones.
Sistemas de identificación
Finalmente, es una herramienta esencial para desarrollar sistemas de identificación que aseguren la privacidad de los clientes. Es previsible que los departamentos de ciberseguridad de las entidades financieras sigan utilizando la IA para mejorar el acceso de los usuarios a sus cuentas con tecnologías como la autenticación biométrica.
Aunque el uso de la IA en el sector financiero apenas acaba de comenzar, cabe esperar que sus aplicaciones sigan aumentando con el perfeccionamiento de la tecnología. Y, por el momento, parece que la mejora de la seguridad y de la relación con el cliente serán dos aspectos donde la IA tendrá mucho que decir.