El trabajo y la salud mental: ¿cómo evitar el burnout?

El 25% de los empleados del mundo experimentó síntomas relacionados con el burnout en 2022, señala un estudio de McKinsey. Estos datos son aún más elevados cuando nos centramos en España, donde el 30% de los trabajadores reconoce haberlo sufrido, según la Guía del Mercado Laboral 2022 de Hays.

El informe de la multinacional de recursos humanos añade que el burnout, la sensación de estar quemado, aumentó con la pandemia. El confinamiento, el agotamiento emocional y la difuminación de los límites entre el espacio laboral y el personal provocaron que este problema de salud mental aumentase. Pero, ¿en qué consiste y cuáles son sus causas?

¿Qué es el burnout?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el burnout como un síndrome que aparece como consecuencia de una mala gestión del estrés crónico en el lugar de trabajo. Este problema genera:

• Sensación de agotamiento o falta de energía.
• Desapego respecto al trabajo desempeñado.
• Sentimientos negativos y cínicos hacia la profesión.
• Reducción de la eficiencia profesional.

¿Cuáles son las causas del burnout?

Es importante tener en cuenta que el burnout se limita al contexto laboral, por lo que sus causas están relacionadas directamente con el trabajo. Harvard Business Review distingue seis aspectos que pueden detonar este síndrome.

• La carga de trabajo. Cuando el número de tareas adjudicadas supera la capacidad real de ejecutarlas aumenta el estrés y disminuye la productividad del empleado. Además, reduce la calidad de su descanso y recuperación al final de la jornada.
• La falta de control. Se da cuando el trabajador tiene la sensación de que carece de recursos y autonomía suficientes para trabajar. También cuando no se siente partícipe de las decisiones sobre los proyectos en los que trabaja o cuando se le exige una conexión constante con la empresa.
• Las recompensas descompensadas. Ocurre cuando el empleado tiene la sensación de que el tiempo y esfuerzo invertidos no se retribuyen adecuadamente. Esto puede traducirse en un sueldo y/o puesto que no se corresponde con las funciones desempeñadas, o en una falta de satisfacción personal.
• El entorno. La relación con otras personas del equipo es determinante en la percepción que el empleado tiene de la empresa. Su nivel de satisfacción dependerá, en gran medida, de la comunicación con sus jefes y compañeros.
• La equidad. Se da cuando hay un trato injusto entre los empleados, especialmente, cuando no se reconoce por igual el trabajo de cada uno de ellos. Esto también puede aplicarse a las desigualdades entre equipos, departamentos u oficinas dentro de una misma empresa.
• Los valores. El compromiso y la motivación del empleado con su puesto de trabajo puede disminuir radicalmente si existe una disparidad entre los valores personales y los de la empresa.

¿Cómo combatir el burnout?

Al tratarse de un síndrome que se produce por el trabajo, es clave que las empresas tomen medidas para prevenirlo y ayudar a los empleados que lo sufren. Robert Walters, una consultora internacional especializada en la búsqueda de talento, identifica algunas prácticas para evitar el burnout:

• Comunicar los objetivos con claridad. Cuanto más definidos estén los objetivos de cada empleado y mejor organizadas sus tareas, más efectivo será su trabajo. En este punto es fundamental priorizar las actividades a realizar cada día.
• Aumentar la autonomía de los empleados. Es clave informar con exhaustividad sobre el rol que se va a ejercer, indicando si el profesional tendrá que evolucionar con el tiempo o si sus tareas cambiarán. También es esencial incluirle en la toma de decisiones de los proyectos en los que esté involucrado y tener en cuenta su feedback al respecto.
• Definir el desarrollo profesional. Un empleado debe saber cuál es el plan de carrera de un puesto para ser consciente de sus posibilidades de progresión dentro de una empresa. Aquí también se deben incluir las metas que permiten avanzar profesionalmente.
• Garantizar la igualdad de oportunidades. Cuanta más transparencia haya a la hora de subir sueldos o conceder promociones, menos incertidumbre habrá entre los empleados, y menor sensación de injusticia.
• Recompensar los buenos resultados. El equipo directivo tiene que ser capaz de reconocer cuándo se ha hecho un buen trabajo y hacérselo saber a sus empleados. También es necesario recompensar ese esfuerzo, ya sea de forma económica o con un reconocimiento en público o en privado.
• Implementar modelos de trabajo flexible. La conciliación de la vida profesional con la personal reduce el nivel de estrés de los trabajadores, mejorando su eficiencia y su relación con el trabajo.
• Fomentar el descanso y la desconexión. Las empresas deben respetar los periodos de vacaciones, permitiendo al empleado desconectar y disfrutar de ese tiempo sin sentirse culpable. También es esencial posibilitar la toma de descansos a lo largo de la jornada, así como fomentar la movilidad de los trabajadores con iniciativas que faciliten el acceso a gimnasios, por ejemplo.

La pandemia provocó que las empresas fuesen conscientes de la necesidad de preservar la salud mental de sus trabajadores, así como de su responsabilidad para evitar el burnout. Aunque ya se están tomando medidas para contrarrestar sus causas, por ejemplo, con la implantación de modelos de trabajo más flexibles, sigue quedando margen de mejora para promover la satisfacción de los empleados.