Transformación
En el contexto económico actual, en el que los aranceles han vuelto a cobrar protagonismo, las empresas se ven obligadas a buscar nuevos mercados donde estas barreras comerciales no sean un impedimento al crecimiento. Exportar representa una oportunidad estratégica para diversificar ingresos, aumentar la competitividad y reducir la dependencia de mercados locales.
Sin embargo, esto también implica nuevos desafíos. Uno de los más críticos es garantizar que los pagos sean seguros. A las empresas que consideran ampliar sus relaciones comerciales con nuevos países les preocupa no tener capacidad para gestionar los impagos o los retrasos en los pagos por parte de los clientes.
Disponer de medios de cobro seguros y estructurados protege a la empresa frente a cancelaciones unilaterales de contrato, riesgo de impagos o riesgo país, entre otros. A continuación, repasamos los diferentes mecanismos internacionales de cobro para empresas exportadoras y las ventajas, desventajas y niveles de protección que ofrece cada uno.
En Ibercaja trabajamos estrechamente con las empresas para que puedan afrontar su expansión internacional con las máximas garantías. Ofrecer mecanismos de cobro seguros no solo protege sus operaciones, sino que también refuerza su competitividad global”, señala Teresa Fernández, directora de Empresas de Ibercaja.
Los medios de cobro simples incluyen cheques, transferencias bancarias y pagarés.
Estos sistemas de cobro y pago implican la entrega de documentos que demuestran el envío de la mercancía o la transmisión de la propiedad para hacer efectiva la transacción, lo que da más garantías al proceso. Se introduce un nuevo agente, el banco, que actúa como intermediario para la entrega de documentos y la ejecución del cobro y pago.
El hecho de que los bancos actúen como intermediarios incrementa la confianza entre exportador e importador. Sin embargo, las remesas documentarias no garantizan el cobro sino solo el acceso a la mercancía si se cumplen las instrucciones recibidas.
El importador es el que inicia el proceso en este caso, solicitando la apertura del crédito documentario a su banco, que estudia la solvencia de la empresa para decidir si autoriza la operación. Una vez aceptada, adquiere el compromiso de pago siempre que se cumplan estrictamente las condiciones acordadas, por lo que la revisión de la documentación es crucial.
La operativa es más compleja y el coste más alto que otros mecanismos de cobro y pago, pero ofrece garantías absolutas de pago al exportador, además de ser un mecanismo de financiación. Como inconveniente para el importador, éste puede correr el riesgo de que los bienes no se entreguen según lo acordado, ya que el banco ejecuta el pago en base a la documentación, no a la mercancía. Por eso, en las operaciones con crédito documentario se suele incluir un certificado de análisis.
En comercio internacional, prevenir vale más que reclamar. Por ello, un buen asesoramiento financiero puede marcar la diferencia entre crecer con seguridad o asumir riesgos innecesarios.
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