El mercado laboral sigue generando dudas tras los registros de septiembre, mientras que la guerra arancelaria se refleja en la agudización de tendencias previas, como sobre todo la reducción del comercio bilateral con China a cambio de un incremento de las compras a otros países asiáticos.
China, tal y como apunta Martínez, presenta un crecimiento desequilibrado y dependiente de exportaciones. La demanda interna no termina de recuperarse y sigue afectada por la implosión de la burbuja inmobiliaria. La inversión va cada vez peor. Crece muy poco en maquinaria, cae en infraestructuras y sigue desplomándose en construcción residencial.
China sigue dependiendo mucho de su sector exterior y, a pesar de la guerra comercial, su desempeño sigue siendo positivo. El gigante asiático ha registrado en los primeros 11 meses del año (de enero a noviembre) un superávit comercial acumulado que rebasa el billón de dólares.
En la Zona Euro el crecimiento del PIB se ha revisado ligeramente al alza y se encuentra en torno al potencial. En el tercer trimestre de 2025 creció un 0,3% trimestral y 1,4% interanual, superando así en una décima la estimación inicial.
No obstante, la lectura por componentes no es muy favorable, ya que el consumo de los hogares presenta incrementos modestos (apenas crece un 1,1%) y la inversión no ha recuperado los volúmenes anteriores a la pandemia. La demanda externa resta crecimiento por el aumento de las importaciones.
En España los datos de ocupación continúan siendo muy positivos e incluso se aceleran ligeramente, lo que introduce una inercia favorable en el crecimiento. El aumento del empleo descansa en el de la población, que depende de la inmigración, ya que la tendencia de la población nacida en España continuará siendo a la baja salvo que se den cambios drásticos en las tasas de fertilidad.
El incremento poblacional está siendo desigual en las distintas regiones españolas. Al depender de la inmigración el aumento está más presente en Madrid y alrededores y en localidades de la costa mediterránea. Esa presión poblacional está provocando algunas tensiones, sobre todo en el mercado de la vivienda.
En cuanto a los tipos de interés, han permanecido estables en el último mes, a la espera de las reuniones de los bancos centrales en diciembre y del relevo en la presidencia de la Reserva Federal (Fed). Se espera que la Fed baje el tipo de intervención un cuarto de punto y que lo mantenga el Banco Central Europeo (BCE) en el 2%. Cada vez parece menos probable que baje el tipo de intervención el BCE, de forma que el Euribor se está estabilizando.
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