El voluntariado corporativo, programas impulsados por las empresas para transformar la sociedad

“Soy voluntario gracias a la persona que me ayudó a estar donde estoy. Sé que los chicos que están ahora van a salir mejores personas y van a tener un futuro mejor”. Así de contundente se expresaba Mohamed, un joven de El Gancho de Zaragoza que fue beneficiario del programa que la ONG Cooperación Internacional lleva a cabo en Zaragoza. Ahora ha terminado bachillerato y ayuda en su tiempo libre a otros jóvenes en situaciones desfavorables. 

Su historia es inspiradora y ejemplifica la capacidad transformadora del voluntariado. Como explicó Pedro Herráiz, coordinador de Cooperación Internacional Aragón, “el voluntariado es un estilo de vida, nos hace reflexionar sobre nuestro papel en el mundo, nos transforma y nos hace pertenecer a una comunidad”. 

Cooperación Internacional es una de las ONG con las que Ibercaja colabora a través de su programa de voluntariado corporativo. Los más de 500 voluntarios de la entidad dedican parte de su tiempo a colaborar en diferentes causas y proyectos, tanto propios como de entidades e instituciones, con el objetivo de contribuir al desarrollo y mejora de la sociedad. Como explicó Cristina Lozano, coordinadora técnica del Área de Personas de la entidad, Ibercaja ofrece la posibilidad de crecer profesionalmente y también personalmente a través del voluntariado corporativo y anima a formar parte de estas actividades solidarias, lo que “refleja la profunda vocación social y de servicio de la entidad, es parte de su ADN”. 

Durante el evento se pudieron conocer también las experiencias en primera persona de voluntarios como Cristian Álvarez, capitán del Real Zaragoza. Para él, ver las sonrisas del equipo de fútbol femenino al que ayuda a entrenar compensa el tiempo que les dedica. “Una hora a la semana se puede sacar fácilmente y lo que se recibe a cambio es muy bonito”. Álvarez acude a veces también con su hijo porque se fomenta que estas actividades se realicen en familia. “Es una experiencia que marca a niños y jóvenes, les conecta con otras realidades y les hacer ser empáticos”, explicó Alberto Forcano, CEO de Bergner, voluntario y cuyos hijos también participan en programas internacionales.

Forcano ha puesto en marcha programas de voluntariado corporativo en su empresa. “Reflexionamos sobre cómo generar un impacto positivo a través de la empresa como parte de nuestra política de Responsabilidad Social Corporativa y decidimos impulsar proyectos en los que estuvieran implicados no sólo los empleados sino también clientes y proveedores”. El voluntariado, explicó, transforma a la persona, la hace más generosa, abierta a otras ideas, resiliente y eso tiene un efecto también en la empresa porque fortalece las soft skills, tan demandadas en los entornos laborales. 

Una opinión que compartió Belén Sangrós, voluntaria y empleada de Ibercaja, para quien hacer voluntariado es la manera de estar comprometida con los demás. “El voluntariado corporativo fortalece las relaciones entre compañeros. El estrés del día a día y los roles que tenemos que desempeñar en el ámbito laboral no nos dejan conocer bien a los compañeros; sin embargo, cuando hacemos voluntariado, vemos la parte más humana de cada uno”. 

Dedicar tiempo a los demás, acompañar en los procesos de cambio, ser generoso, sentir que se forma parte de una comunidad son los aspectos que aporta el voluntariado y que mencionaron los participantes voluntarios. En el otro lado, un fuerte sentimiento de agradecimiento, como el que expresó Fatoumata, antigua beneficiaria que ahora es voluntaria para poder devolver lo que ella recibió: “Sabes que siempre van a estar ahí”.