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Fecha de publicación 20 noviembre 2024

El bienestar emocional del directivo, clave para una adecuada toma de decisiones

El bienestar emocional del directivo, clave para una adecuada toma de decisiones

Todos tenemos la imagen de Michael Douglas en la película “Wall Street” como el perfecto ‘yuppie’, un empresario ambicioso y con éxito, dedicado por completo al trabajo, individualista y seguro de sí mismo. Aunque es un estereotipo, es cierto que en los años 80 el liderazgo se entendía de una manera diferente a como se hace hoy en día.

Los cambios sociales han conllevado transformaciones en las organizaciones empresariales y en cómo se dirigen éstas. Las empresas no persiguen sólo objetivos económicos, sino que son palancas de la transformación social, que difunden los valores de igualdad, sostenibilidad y solidaridad y “tienen alma porque las dirigen personas”, en palabras de Fernando Rodrigo, presidente de la Asociación de Directivos y Ejecutivos de Aragón (ADEA).  

Ha habido un proceso de humanización del directivo y ese es el lado que quiso mostrarse en la XV Convención de la ADEA. “Los directivos también quieren ser felices. Son gente normal, que ha trabajado, que ha cogido las riendas de sus negocios familiares, que han puesto en marcha sus propios proyectos empresariales y, por encima de todo, quieren contribuir con su trabajo a crear una sociedad más próspera”, añadió Rodrigo durante la presentación de la primera mesa de debate. Bajo el título “El bienestar de los directivos en un mundo cambiante”, contó con la participación de la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, de la vicepresidenta del Gobierno de Aragón, Mar Vaquero, del presidente de AC Hoteles by Marriott, Antonio Catalá, y del consejero delegado de Telefónica España, Sergio Oslé

Los cuatro participantes, con altas responsabilidades en el ámbito público y en el empresarial, hablaron de cómo equilibran la vida profesional y la familiar y de sus motivaciones para dedicarse a la política o a hacer crecer sus negocios. Aunque de sectores diferentes, coincidieron en que el objetivo que se busca es dejar un legado positivo a las siguientes generaciones

Tanto Natalia Chueca como Mar Vaquero coincidieron en la importancia que la empatía juega a la hora de trabajar ya que, desde la política, se pone nombre y apellido a los problemas, que pueden resolverse desde la implicación y la cercanía. Las políticas también hablaron de las dificultades que en algunos momentos supone la visibilidad pública, como influye en las familias y cómo es necesario establecer unas pautas para compaginar la vida pública y la privada. 

Sobre esta necesidad de equilibrio entre el trabajo y la familia, Sergio Oslé trasladó que la idea de que hay que renunciar a algo para tener éxito, ya esa profesional o personal, “es falsa porque no puede haber vida personal plena si la profesional no lo es y viceversa. No son dos ámbitos que se tienen que equilibrar, sino que son vasos comunicantes”. 

Antonio Catalá hizo un recorrido por la trayectoria de su empresa, del trabajo “día y noche” que realizó al principio hasta consolidar unos de los principales grupos hoteleros de España. Un éxito que se debe a “que somos una empresa de personas para personas. Nos centramos en la atención al cliente, pero antes cuidamos de nuestro personal para que esté motivado para dar un buen servicio”, concluyó. 

Rosas y espinas

La segunda mesa de debate se centró en las “rosas y espinas” que los directivos tienen que solventar en su trabajo diario, los momentos más duros, cómo manejan el estrés ante determinadas situaciones o cómo se relajan. 

Cada uno de los participantes explicó que tiene diferentes maneras de escape, adaptadas a sus hobbies, ya sea estar con la familia, salir a correr, disfrutar de la naturaleza o leer pero que es importante tenerlas para poder eliminar el estrés. Fernando Gil, director general de BSH Electrodomésticos España, explicó cómo el humor le ayuda a gestionar determinadas situaciones. Reconoció la importancia de “resetear” ya que “a partir de las 6 de la tarde, las probabilidades de decir tontadas son altas, por lo que viene bien descansar para ser eficiente al día siguiente”.

Otro de los temas que se trató fue el riesgo de “burnout” o desgaste profesional. Susana Alejandro, presidenta del Grupo SAICA explicó que su estrategia es aprender a decir que no, “aunque parezca egoísta es una manera de protegerte para no quemarte”. Para Íñigo de Yarza, consejero delegado de Henneo, es fundamental trabajar el equilibro personal y el profesional y reconoció que, aunque le cuesta desconectar entre semana “trato de conectar con mis emociones, me vigilo y me pongo normas para equilibrar la vida familiar y el trabajo”. Los directivos no son seres perfectos, somos humanos. Si estas muy bien emocionalmente las decisiones son más claras y efectivas, añadió Alejandro.

Susana Remacha, directora general de Stellantis Zaragoza, admitió que ella no desconecta bien pero que es capaz de combinar el lado profesional y el personal. Para Remacha, es clave contar con personas de confianza en el equipo con las que poder consultar y desahogarse si es necesario, y, sobre todo crear un ambiente positivo. “A mí me gusta celebrar. Me recarga salir con el equipo y que formen parte de los logros o los éxitos que conseguimos”. 

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