“Esto ocurrió al mismo tiempo que anunciaba una prórroga de tres meses con el resto de los países, manteniendo, eso sí, el mínimo universal del 10% que entró en vigor el 5 de abril y los aranceles específicos del 25% para el acero, el aluminio y los automóviles” explica Santiago Martínez, jefe de Análisis Económico y Financiero de Ibercaja y encargado de elaborar el informe de coyuntura económica de Ibercaja del mes de abril.
El anuncio del 2 de abril supuso un shock en los mercados financieros. No se esperaba una medida tan agresiva por parte de Trump y se vivieron jornadas de fuertes caídas bursátiles y búsqueda de activos refugio. Por ejemplo, el IBEX cayó en dos días más de un 10%, algo que no se veía mas que en episodios muy puntuales como la pandemia, el brexit, la Guerra del Golfo…
“La deuda pública de Estados Unidos se vio beneficiada en un principio y se moderaron sus tipos de interés, pero ante el riesgo de deterioro del ciclo, el fuerte desequilibrio de las cuentas públicas y posibles ventas desde China y otros países se produjo una subida de tipos posterior que llegó a ser de 60 p.b. en apenas dos días”, apunta Santiago Martínez.
La incertidumbre sigue siendo muy elevada y los fuertes aranceles entre China y Estados Unidos pueden reconfigurar las cadenas de producción mundiales establecidas durante los años de la globalización, pero sobre el resto de los países los efectos son todavía inciertos. Dependen de los aranceles finalmente impuestos y de la elasticidad de las exportaciones a Estados Unidos, pues estas pueden ser menos sensibles a los precios de lo que los modelos indican.
Por ejemplo, tuvimos el brexit, que también despertó una importante furia bursátil con caídas de más del 10% en España, del 12% en un solo día en el IBEX… “Se previó una debacle del comercio entre la Unión Europea y Reino Unido, pero finalmente no se produjo, a pesar de que el brexit vino acompañado de la depreciación de la libra de más del 30%”, recuerda el jefe de Análisis Económico y Financiero de Ibercaja.
En cuanto a los precios, cabe destacar que una menor especialización conlleva menor productividad y mayor inflación a largo plazo, pero a corto plazo la caída de los precios energéticos puede tener el efecto contrario del esperado: inflación para Estados Unidos y menos crecimiento de precios en otros países como la Unión Europea.
En el caso de España, la exposición directa a la guerra comercial es reducida. Las exportaciones a Estados Unidos apenas suponen un 1% del PIB y hay otros factores endógenos que fomentan el crecimiento, como la inercia positiva del consumo, la ocupación y los salarios y la reactivación de la construcción residencial, que tiene un importante efecto arrastre sobre el resto de la economía.
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