Encuentros
La gastronomía en España no solo es un símbolo de identidad cultural, sino también uno de los motores económicos más potentes del país. Así lo demuestra el estudio “La gastronomía española: impacto y tendencias de un ecosistema clave para la economía”, elaborado por la Real Academia de Gastronomía y KPMG.
El estudio se presentó en Zaragoza, en el Espacio Xplora de Ibercaja, en el marco de la jornada “Comunicar para crecer: claves de la comunicación estratégica para la mejora competitiva del sector agroalimentario aragonés”, organizada por la Asociación de Directivos de Comunicación -Dircom- en Aragón. Un encuentro que, además, permitió analizar las estrategias de comunicación de destacadas empresas aragonesas y cómo estas contribuyen a su internacionalización y competitividad.
Durante la apertura del acto, Elena García-Lechuz, Jefe de Comunicación Corporativa de Ibercaja y presidenta de Dircom Aragón, subrayó que “la comunicación ayuda de forma decisiva a afrontar los retos que tiene cualquier sector económico y, en el caso del agroalimentario, es fundamental por su impacto directo en los consumidores”.
“Este informe cuantifica y analiza la relevancia de un sector que conecta el campo o el mar con los hogares y establecimientos de hostelería, generando un efecto multiplicador en toda la cadena de valor”, explicó Juan Rojas, senior manager de Consumo y Retail de KPMG en España, durante la presentación.
En cifras, el estudio refleja el impacto económico de la gastronomía nacional. Empresas agroalimentarias, explotaciones agrarias, comercios de alimentación y locales de hostelería representan el 21% del tejido empresarial del país. Aportan 211.000 millones de euros de forma directa y otros 163.000 millones de manera indirecta, lo que supone una contribución agregada del 27% al Valor Añadido Bruto (VAB) nacional.
En términos de empleo, la hostelería y la distribución alimentaria generan 3,7 millones de empleos directos y otros 3,5 millones indirectos, lo que supone un total de 7,2 millones de puestos de trabajo vinculados al sector.
Además del impacto económico, la gastronomía española destaca por su diversidad, riqueza y calidad de sus productos, así como por el prestigio internacional de muchos de sus restaurantes. “Tres de los cinco mejores restaurantes del mundo son españoles y productos como el vino, el queso, los aceites de oliva y los productos cárnicos se sitúan en posiciones destacadas en rankings internacionales. Y no solo es la calidad, fuera de nuestras fronteras también se valora el servicio que ofrecemos en hostelería”, añadió Rojas.
Este reconocimiento internacional está impulsando dos vectores clave de crecimiento del sector: la internacionalización y el turismo. La reputación de la gastronomía española está reforzando las exportaciones, que alcanzaron los 71.000 millones de euros, lo que equivale al 19% del total exportado por España, con más de 18.000 empresas participando activamente en los mercados internacionales.
El turismo también se beneficia de este auge. En particular, el turismo gastronómico se ha convertido en una oportunidad de crecimiento estratégico, generando sinergias con otros ámbitos como la cultura, los productos locales y la imagen del país. España no solo se posiciona como proveedor de productos de alta calidad, sino como destino de referencia para los viajeros que buscan experiencias culinarias auténticas.
Además del análisis cuantitativo, el estudio incorpora la visión de expertos que han identificado seis grandes tendencias que están marcando el presente y el futuro del sector.
Como conclusión, Rojas destacó “el enorme potencial de crecimiento que tiene el sector para conquistar nuevos mercados, al mismo tiempo que atrae a un turismo gastronómico de excelencia. Un sector, en definitiva, que genera empleo, riqueza y diferenciación a nivel internacional”.
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