Líderes
El Consejo de Familia parece una figura innata a las empresas familiares pues refleja una realidad constante en la empresa familiar: los miembros de la familia empresaria se encuentran y hablan sobre los temas que les afectan como propietarios, como trabajadores y como familiares. Muchas veces están actuando como un Consejo de Familia en ciernes, sin ser conscientes.
Como abogados con una trayectoria de más de treinta años acompañando empresas familiares, hemos asistido a la creación de numerosos Consejos de Familia. Constatamos que el Consejo de Familia tiene un papel impulsor de acuerdos familiares y de desarrollo de pactos y protocolos familiares, papel que desempeña con una visión cada vez más profesionalizada y objetiva, sobre aspectos que han sido tradicionalmente el caballo de batalla en las empresas familiares por las fricciones entre los famosos tres círculos de intereses: familia, propiedad y empresa.
En ocasiones, el Consejo de Familia nace sin protocolo familiar previo, sencillamente por la necesidad de la familia de reunir a sus miembros, conocer su visión y expectativas de futuro y ordenar los temas que más les interesan y preocupan. Fruto del consenso logrado en las reuniones del Consejo de Familia, nacen acuerdos familiares o se modifican los ya existentes.
Excepto por alguna referencia aislada, no existe un marco regulatorio propio de este órgano familiar, por lo que, con base en el principio de autonomía de la voluntad, será un instrumento “hecho a medida”, que llevará los signos distintivos de la familia y de la empresa a las que se refiere. Es conveniente dotar al Consejo de Familia de una regulación flexible que permita acomodarlo a la evolución de la familia y de la empresa, pero, al mismo tiempo, con unos cimientos sólidos que le lleven a convertirse en un instrumento clave para consolidar a la familia empresaria. El Consejo de Familia requerirá -además de estar regulado en un documento que detalle sus competencias, su composición y el sistema de adopción de acuerdos- de personas que se ocupen de su implementación y estén asesoradas por expertos en resolución de conflictos y asesores legales que den seguridad jurídica a los acuerdos que desee tomar la familia.
El objetivo último es proteger el patrimonio empresarial y familiar, fuente de riqueza para la familia y para la sociedad. El reto que se presenta es doble: (i) mantener un nivel de comunicación fluida y constante para que los puntos de unión entre familia, propiedad y empresa se fortalezcan cada día más; y (ii) que la empresa familiar consolide su negocio siguiendo los mejores estándares de buen gobierno y competitividad.
¿En qué estadio generacional se encuentra la empresa? ¿Existen miembros de la familia implicados en la gestión de la empresa con otros que no lo están?
¿Se ha debatido en el seno de la familia contar con un órgano familiar como el Consejo de Familia?
¿Algún miembro de la familia podría ser catalizador de este órgano familiar?
¿Existe algún acuerdo familiar sobre el Consejo de Familia que debería adaptarse?
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