El Cuadro de la Inteligencia Emocional es un canvas diseñado por Jara Pascual, CEO de Collabwith, que nos ayudará a posicionarnos frente al trabajo diario y gestionar los conflictos que puedan surgir. Se trata de una potente herramienta para identificar emociones y valores y poder crecer como equipo.
Se subdivide en cuatro pilares fundamentales: evaluación, emociones, gestión del conflicto y valores de la colaboración.
Debemos tener un ‘termómetro’ de las emociones a cada momento para poder evaluar cómo nos sentimos nosotros y cómo se sienten el resto de las personas del equipo. El paso siguiente es poder modificar estas emociones que sentimos de cara a un proceso de trabajo concreto que requiera de cierta actitud para abordarlo.
“Hay más de 300 tipos de vocablos para describir emociones”, asegura Jara. Entre ellos, se cuentan: felicidad, aceptación, vigilancia, enfado, rabia, sorpresa, remordimiento, serenidad, optimismo, interés, anticipación, tristeza…Todos ellos son útiles y deben tenerse en cuenta a la hora de trabajar en equipo.
En cuanto a los conflictos o crisis, estos no deben evitarse, ya que suponen enormes oportunidades de aprendizaje y, de ellos, podemos salir más fuertes. “Deben gestionarse desde la calma y el entendimiento. Es necesario crear un espacio mental -y, a veces, físico- para poder abordar las razones del conflicto. Comprender su origen y el contexto que lo causa deben darnos las herramientas para controlar nuestra propia frustración y comprender las preocupaciones que también tienen las otras personas”, aconseja Pascual.
Es importante estar preparados para comunicar los conflictos ante el resto del equipo y preparar un plan de seguimiento del mismo. De hecho, no es negativo que los haya, ya que con ellos conseguimos (o debemos aspirar a conseguir) que las relaciones y la comunicación sean más fluidas, abiertas y honestas y aumente la confianza y la cohesión entre los miembros. Consecuentemente, alcanzaremos un alto rendimiento.
En cuanto al cuarto pilar, de ‘Valores de la colaboración’, es una referencia a aquellos aspectos que no debemos perder de vista y hemos de practicar en equipo, porque garantizarán un buen ambiente de trabajo: saber escuchar, aprender de otras culturas u otras formas de hacer las cosas, evitar estereotipar a las personas, comprender otras opiniones, mejorar el foco o ser resilientes, son solo algunos de ellos.
En el vídeo y en la descripción del mismo en Youtube, podrás encontrar más material sobre este módulo 15 del curso ‘Cómo crear equipos de alto rendimiento’.