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Tendencias
En 1986, un pequeño grupo de docentes estadounidenses aprovechó el encuentro anual del Consejo Nacional de Profesores de Matemáticas para organizar una manifestación. En total se reunieron unas 20 personas, equipadas con carteles en los que se podían leer consignas como "el botón no es nada hasta que el cerebro está entrenado". El motivo de la protesta, como se puede leer en The Washington Post, fue la medida que recomendaba a los estudiantes el uso de calculadora. En 2023, el escenario se repite. Esta vez con ChatGPT, desarrollada por la empresa OpenAI, que ya está siendo prohibida en los dispositivos escolares. Cada revolución tecnológica trae consigo el mismo dilema: ¿es una amenaza o una oportunidad?
Las empresas no permanecen ajenas a este interrogante. ChatGPT fue presentado a finales de 2022 como un sistema conversacional avanzado para producir texto de forma similar a un humano. Desde entonces, la herramienta ha evolucionado y las compañías ya la están implementando para mejorar el rendimiento de su negocio. Es el caso de la plataforma de ecommerce Shopify, que incorporaron esta tecnología a su aplicación para ayudar a los usuarios a comprar productos. La IA avanzada ha llegado para quedarse. Pero ¿cuáles son sus ventajas?
"El avance se va a producir prácticamente en todas las empresas, independientemente de su sector, producto o servicio. Van a incrementar su productividad gracias a la facilidad que tienen estas IA generativas de producir contenido inédito según nuestras instrucciones, lo que puede ayudar con tareas como la redacción de un correo electrónico, el resumen de un artículo o la creación del texto para un folleto. El límite aquí es la creatividad", afirma Pascual Parada, Director Académico y de Innovación de IEBS.
De hecho, los avances en IA están permitiendo el surgimiento de start-ups como Narrativa, que nació en 2015 para generar contenido automático. “Estas herramientas nos ayudarán a dejar de hacer tareas repetitivas de las que nadie quiere encargarse. Permiten automatizar al 100 % ciertos trabajos y eso está haciendo que las empresas sean mucho más eficientes. Por ejemplo, gracias a la sugerencia para escribir código o la capacidad para encontrar errores, los programadores hacen mucho más que antes”, indica David Llorente, cofundador de la compañía.
La mejora en inteligencia artificial no solo tiene beneficios en relación con las tareas realizadas. También permite a los líderes saber en qué áreas invertir con mayor precisión. "Puede ayudar a las empresas a tomar decisiones más informadas al analizar grandes volúmenes de datos y proporcionar información más valiosa. Esto puede mejorar la eficacia de los procesos empresariales e identificar oportunidades de crecimiento", observa Alberto Pinedo, National Technology Officer de Microsoft.
Estamos ante los primeros pasos de una transición que afectará a todos los ámbitos sociales. El efecto será similar al experimentado con el paso del teléfono móvil al smartphone, según afirmó en un hilo de Twitter Sam Altman, director general de OpenAI. Para demostrarlo, la empresa tras ChatGPT publicó un informe que, a pesar de estar centrado en EE.UU., concluyó con un dato interesante: la herramienta tiene potencial para afectar casi al 80% de la mano de obra del país.
La lista de puestos que podrían verse alterados por la IA es larga: escritores, desarrolladores, matemáticos o ingenieros, entre muchos otros. Como consecuencia, una de cada cuatro compañías ya ha reemplazado a trabajadores por ChatGPT, según una encuesta a 1.000 líderes de empresas en EE.UU. realizada por la plataforma laboral Resume Builder. "Los puestos de trabajo que no aporten valor añadido a lo que pueda hacer una máquina y que se compongan exclusivamente de tareas repetitivas serán los primeros en desaparecer", apunta Omar Benbouazza, coorganizador del congreso sobre seguridad informática Rooted CON.
Una de las primeras corporaciones en hacerlo público ha sido Domestika, plataforma especializada en formación online. Recientemente anunciaron un despido colectivo de 89 empleados y, aunque la inteligencia artificial no fue el único motivo, sí se convirtió en una razón de peso: servirá para sustituir a 22 traductores y 9 creadores de contenidos, según la noticia publicada en La Vanguardia.
La preocupación sobre las consecuencias de la inteligencia artificial ha llegado a la Casa Blanca de Estados Unidos, que en un informe señala el que considera su principal riesgo: "La perturbación general que probablemente les causará a los trabajadores, ya sea porque sus trabajos se volverán automatizados o porque el diseño de su trabajo cambiará de manera fundamental”.
Aun así, según David Llorente, la IA es más una aliada que una sustituta. "Es muy difícil que una aplicación con una tecnología como ChatGPT pueda con un puesto por completo. Puede ser útil para incrementar la eficiencia y abordar más cantidad de trabajo, pero si la empresa es inteligente y apuesta por el valor real de las personas debería aprovechar para aplicar ese tiempo en elementos de mayor valor para la compañía", argumenta el docente de IEBS.
Microsoft ha ampliado su acuerdo de colaboración con OpenAI, Google presentó Bard como respuesta a ChatGPT y Amazon ha lanzado Bedrock, una plataforma para crear herramientas de IA. Quedan pocas grandes tecnológicas por sumarse a una carrera por el desarrollo de la que todas quieren resultar ganadoras. Sin embargo, también existen detractores.
El pasado mes de marzo, Elon Musk, Steve Wozniak (cofundador de Apple) y Jaan Tallinn (cofundador de Skype), publicaron una carta abierta junto a más de 1.000 investigadores en la que pedían pausar la investigación de las IA avanzadas por ser "un profundo riesgo para la humanidad" y afirmaban que "los sistemas de IA más potentes deben desarrollarse sólo una vez que confiemos en que sus efectos serán positivos y que sus riesgos serán manejables".
"Es curioso entender que estos detractores, que animaban a parar el desarrollo de la IA durante seis meses, justamente son personas dedicadas a la tecnología que no tienen desarrolladas estas herramientas y que quizá quieren tenerlas. Entonces ¿cuánto hay de verdad? Pues nunca llegaremos a saberlo", valora Llorente.
Musk, que animaba a detener la investigación de la IA, anunció pocos días después de la publicación de la carta que estaba trabajando en estaba trabajando en TruthGPT, una inteligencia artificial para "comprender el universo". Según este, la diferencia con el chatbot de OpenAI, empresa que el magnate ayudó a fundar, es que "será menos probable que aniquile a los humanos".
La ética tras la inteligencia artificial, por tanto, dependerá de quiénes sean los desarrolladores tras su construcción. "Nosotros nos comprometemos a crear una IA segura desde su diseño, siguiendo nuestros principios de equidad, confiabilidad, privacidad y seguridad, inclusión, transparencia y responsabilidad, aplicándolos en todos nuestros departamentos para desarrollar e implementar una IA que tenga un impacto positivo en la sociedad", afirma Pinedo, de Microsoft.
El Parlamento Europeo ha dado los primeros pasos para convertir a Europa en la primera región del mundo en aprobar una norma para regular las posibilidades y riesgos de la inteligencia artificial. Ya en octubre del 2020 adoptó una serie de resoluciones relacionadas con la IA, entre ellas sobre ética, responsabilidad y derechos de autor. Esta propuesta forma parte de un paquete de medidas para apoyar el despliegue de la IA en Europa fomentando la excelencia y la confianza, que comprende tres flujos de trabajo complementarios: una propuesta legislativa que establece normas horizontales sobre sistemas de inteligencia artificial (Ley de IA); una revisión de las normas sectoriales y horizontales de seguridad de los productos; normas de la UE para abordar cuestiones de responsabilidad relacionadas con los sistemas de IA. En estos proyectos normativos se incluyen prohibiciones relacionados con la vigilancia biométrica, el reconocimiento de emociones o los sistemas de IA de vigilancia predictiva. Esta nueva legislación podría estar vigente a partir de 2025.
Algunos países se han adelantado a esta regulación y ya han tomado medidas al respecto de la IA. Es el caso de Italia, que en marzo prohibió ChatGPT por recopilación ilícita de datos personales. Pero estos límites, aunque intentan velar por la seguridad de los ciudadanos, también podrían perjudicar a las compañías que apuesten por ir a la vanguardia. "Si desde el punto de vista legal en Europa se restringe el avance de la IA, se beneficiará directamente a las empresas que no estén localizadas en la Unión Europea", opina Omar Benbouazza, de Rooted CON.
Dada la velocidad a la que avanza la tecnología, y con la perspectiva de una nueva versión de ChatGPT para finales de 2023, ¿cuál será la siguiente gran novedad? "Han empezado por el texto, luego vídeo y luego pasarán a sonido. Quieren conformar los sentidos humanos en una máquina. Sin embargo, creo que lo próximo será desarrollar herramientas más pequeñas, enfocadas en hacer cosas concretas. Es el caso de Whisper, de OpenAI, un sistema de reconocimiento de voz que permite transcribir llamadas", vaticina David Llorente, cofundador de Narrativa.
La inteligencia artificial no es algo precisamente reciente. El matemático británico Alan Turing ya sentó alguna de sus bases con su artículo Computing Machinery and Intelligence, publicado en 1950. Comenzaba con una pregunta muy simple: ¿pueden las máquinas pensar? La respuesta sigue abierta a debate, aunque varias décadas después ya hay algo de lo que tenemos certeza: las máquinas pueden ayudarnos a desarrollar labores complejas y tediosas para las que antes se necesitaban humanos. Y los avances tecnológicos, como la calculadora, la imprenta o la máquina de escribir, definen cómo será la productividad en las empresas del futuro.