Los cambios dan miedo, aunque en muchas ocasiones se presentan como la única alternativa para avanzar. Dentro de las organizaciones se viven a diario experiencias satisfactorias e insatisfactorias de procesos de cambio, pero hay una serie de principios que si se conocen y aplican, como las condiciones de contorno, los roles y el modelo de diseño, permiten que los cambios sean más llevaderos.
Miriam Moreno, conocida como Miriam in Change, es la encargada de transmitir estas claves por varias ciudades de España dentro del Ibercaja Roadshow Innotech del Ecosistema Más Empresa. Ya ha hecho parada en Valencia y Zaragoza, y Logroño (9 de octubre) y Madrid (12 de diciembre) también podrán aprender sobre ‘cambios suicidas’ en las próximas sesiones programadas.
Para Moreno, el primer paso para avanzar en una organización se basa en aceptar que va a existir una resistencia al cambio. A la persona que promueve el cambio se le suele percibir como enemigo, y a los que se oponen como resistencia, lo que impide que exista un diálogo entre ellos. Por eso, Moreno propone cambiar los términos y definirlos como personas que promueven el cambio y personas que promueven la continuidad, ya que desde esos conceptos es más fácil establecer una conexión, conversar y alcanzar acuerdos.
Los procesos de cambio se facilitan cuando son en cierta medida negociables, ya que si son innegociables lo que se activa es un proceso de duelo, algo que los promotores del cambio deben conocer para gestionarlo de la mejor manera posible y servir de acompañamiento. Tal y como explica la facilitadora del cambio, en el duelo se dan varias fases: shock, negación, ira, tristeza, aceptación y entusiasmo. Para ella, la insatisfacción tiene que existir para que se produzca un cambio, y no hay cambio sin resistencia, pero si se define una visión y el camino hacia el que conducirá el cambio, los miedos se dulcificarán.
Por último, Moreno propone hacer una distinción entre algunos de los roles que se dan en un proceso de cambio: propietarios (deciden que se va a producir el cambio), promotores (se encargan de llevarlo a cabo), facilitadores (apoyan a las promotoras y propietarias a diseñar el proceso de cambio sin entrar en el contenido del mismo), afectados por el cambio y los ‘César’ (aquellas personas que avalan y legitiman el proceso de cambio, dándole más fuerza). La correcta identificación de cada uno de los actores hará que el proceso de cambio siga un camino más positivo.
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