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Fecha de publicación 12 agosto 2025

Agosto, un mes para preparar la “vuelta al cole” de tu negocio

Agosto, un mes para preparar la “vuelta al cole” de tu negocio

Aunque los hábitos están cambiando y nos repartimos los días de descanso en julio e incluso a finales de junio, agosto sigue siendo el mes que todos asociamos con las tan merecidas vacaciones. Unos días que aprovechamos para descansar, leer esos libros para los que no tienes tiempo durante el año, disfrutar de la familia y los amigos, viajar, bañarse en la playa o pasear por la montaña.

Pero ¿y si aprovechamos esta pausa para reflexionar sobre nuestra empresa y planificar el último cuatrimestre del año? 

No se trata de trabajar en vacaciones, sino de utilizar la tranquilidad del verano para tomar distancia, pensar, analizar y sacar alguna conclusión que nos permita volver en septiembre con nuevas ideas.

Planificar en verano

Agosto parece que marcha a una velocidad más lenta de la que estamos acostumbrados durante el resto del año. Los días apaciguados por el calor pueden ser un buen momento para reflexionar sobre lo que se ha hecho en lo que va de año, evaluar objetivos empresariales y poder hacer mejoras o reajustes en la estrategia, si es necesario, cuando volvamos al trabajo en septiembre. 

Evaluación del primer semestre

Podemos empezar por un análisis retrospectivo de los objetivos marcados y los resultados obtenidos en ventas, marketing, operaciones o finanzas y ver los que se han alcanzado en la primera mitad del año y los que no y por qué. 

Se puede aprovechar también para revisar el análisis DAFO (Dificultades, Amenazas, Fortalezas, Oportunidades) de la empresa para determinar su posición competitiva en el mercado, identificando si ha habido cambios a lo largo de los siete primeros meses del año en las fortalezas y debilidades de la empresa, así como en las oportunidades y amenazas.

Definición de objetivos

Entre las reflexiones que podemos hacer en verano, podemos priorizar cuáles son, por ejemplo, los tres objetivos más críticos para nuestra organización en los que deberíamos centrarnos en el último cuatrimestre del año. 

Estos objetivos tienen que estar alineados con la visión a largo plazo de la empresa, con su estrategia global. Y, por supuesto, deben ser unas metas SMART, es decir, específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con un plazo definido (en su acrónimo en inglés specific, measurable, achievable, relevant y time-bound). 

Estrategias de marketing

El verano también es un buen momento para observar, ver comportamientos, hábitos de consumo a los que, quizá, con las prisas del día a día, no les prestamos atención, e incluso, curiosear qué hace nuestra competencia. 

Esto puede ayudarnos en nuestra estrategia de marketing, aportar ideas para reactivar la demanda con la “vuelta al cole”, hacer nuevas segmentaciones si detectamos cambios en el comportamiento de los consumidores y revisar qué está funcionando en nuestras redes sociales y cómo podemos optimizarlas.

Revisión de presupuestos

No se trata de elaborar un Excel con el análisis de gastos e ingresos ni de preparar unos presupuestos; al fin y al cabo, estamos de vacaciones. Pero sí puede ser un buen momento para pensar en qué convendría invertir más, si hay alguna línea del negocio que deba ser reforzada, si debemos implementar la digitalización de la empresa, en qué partidas debemos recortar o prever escenarios inesperados que requieran ajustes de financiación.

Tenemos tiempo para investigar sobre nuevas aplicaciones tecnológicas e innovaciones que pueden mejorar nuestra eficiencia, de forma que en septiembre volvamos con información sólida que nos ayude a tomar decisiones de forma más ágil. 

Gestión de talento

Por último, pero no menos importante, es la reflexión sobre la gestión del personal. Analizar y revisar las cargas de trabajo, las dinámicas de los equipos y los roles de cada empleado nos ayudará a detectar si es necesario algún cambio en la estructura organizativa de la empresa. 

Podemos pensar también en estrategias creativas para captar talento, así como en medidas para fidelizar el que ya tenemos, en reforzar la política de recursos humanos y en mejorar la comunicación interna en la compañía.

En definitiva, agosto no tiene que ser un mes “inhábil”, sino todo lo contrario. Puede ser un tiempo de reflexión que nos ayude a revitalizar nuestra creatividad, reflexionar y volver en septiembre con las pilas recargadas y nuevas ideas.

“El verano es un momento ideal para tomar perspectiva, reconectar con la visión del negocio y prepararnos con ilusión para los meses decisivos del año” afirma Teresa Fernández, directora de Banca de Empresas de Ibercaja Banco.

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