Transformación

Fecha de publicación 14 marzo 2024
|
Tiempo de lectura 4 minutos

Los 4 marcos de trabajo ágil más populares para adaptarnos a un mercado cambiante

Los 4 marcos de trabajo ágil más populares para adaptarnos a un mercado cambiante

Las metodologías ágiles o Agile son mucho más que un sistema de gestión de proyectos. Desde su origen, en los departamentos de tecnologías de la información, Agile se ha ido expandiendo poco a poco a muchas de las demás áreas de las organizaciones hasta convertirse en un cambio cultural que afecta a la estructura y a la estrategia de las empresas. Se estima que un 70% de las grandes empresas en España utiliza la agilidad al menos en parte de sus proyectos, según un estudio de Business Agility Corporation.

La metodología Agile es una estrategia que permite a las empresas desarrollar proyectos con rapidez y flexibilidad. Lo hace partiendo de la máxima de “divide y vencerás”, ya que permite a los responsables de un proyecto dividirlo en pequeños pasos que resultan en una “cascada” de entregas constante. Esta forma de proceder permite a las organizaciones adaptarse a las necesidades cambiantes de los clientes y del mercado, pero también exige un cambio de mentalidad a la hora de organizar el trabajo. 

A continuación, te detallamos las principales características de Agile y las principales metodologías o frameworks que permiten a las empresas trabajar según los principios de la agilidad.

 

De los departamentos de IT al conjunto de la empresa

La metodología Agile nació en 2001 de la mano de un grupo de programadores de software que publicaron el llamado Manifiesto Ágil con sus ideas sobre cómo optimizar los flujos de trabajo, aumentar la productividad de las empresas y satisfacer mejor y más rápido las necesidades de sus clientes. 

En esencia, el Manifiesto Ágil propone llevar a cabo ciclos de trabajo cortos, con el objetivo de que el proceso de entrega de un proyecto sea más eficiente. Así, con cada etapa completada, ya se pueden entregar avances y recibir feedback del cliente y, en consecuencia, se deja de lado la necesidad de esperar hasta el término del proyecto.

La adopción de estas metodologías ágiles comenzó, como resulta lógico, por los departamentos de software y sistemas a los que apelaban los autores del manifiesto; sin embargo, en los años siguientes y a medida que la tecnología se ha ido haciendo más omnipresente en todos los ámbitos de las empresas, el uso de Agile se ha ido extendiendo a otros ámbitos de la empresa. Según un estudio de Harvard Business Review, la mayoría de las empresas encuestadas declaran estar usando, en alguna medida, Agile en los siguientes departamentos:

  • I+D (83%).
  • Producción y operaciones (82%).
  • Servicio y atención al cliente (79%).
  • Marketing y comunicaciones (79%).
  • Ventas (78%).
  • Recursos humanos, finanzas y administración (78%).

Este mismo informe indica que fuera de las áreas tecnológicas la adopción de Agile todavía no es “profunda y coherente” y requiere cambios organizativos y culturales; sin embargo, las empresas más destacadas en su adopción han aumentado sus beneficios en un 60% desde que la usan. Según otro estudio, elaborado por Delta Matrix, los equipos “ágiles” son un 25% más productivos, algo que se traduce en unos tiempos de salida al mercado hasta un 50% menores que los de aquellos equipos que no han adoptado este enfoque. Estos datos explican la popularidad de Agile y su expansión más allá del ámbito puramente tecnológico: se ha extendido tanto porque funciona. 

 

Marcos de trabajo ágiles

A la hora de aplicar la metodología Agile a una empresa o un proyecto concreto, existen una serie de marcos o frameworks que proporcionan a los equipos herramientas para gestionar el flujo de trabajo de manera “colaborativa, iterativa e incremental”, tal y como prescriben los principios ágiles. Cada uno de estos marcos tiene sus propias características y se adapta a diferentes contextos y necesidades organizativas; algunos como Xtreme Programming (XP) son específicos para las áreas de desarrollo tecnológico y otros se pueden extender al resto de ámbitos. A continuación, te detallamos los más conocidos.

  • Scrum

Scrum es la metodología Agile más popular. Se trata de un método para la gestión de proyectos complejos en los que se necesita obtener un resultado rápido en entornos muy cambiantes. En este marco se trabaja con equipos pequeños y multidisciplinares en ciclos iterativos y centrados en el cliente.

La metodología ágil Scrum se basa en ciclos de trabajo o sprints –que pueden durar desde semanas hasta meses– en los que se entrega alguna parte del proyecto. En cada nuevo sprint se genera una versión del producto que supera a la anterior. Es, por lo tanto, lo que se conoce como una forma de trabajar “incremental”.

  • Kanban

Kanban, cuyo nombre proviene de la palabra japonesa que significa “tarjeta” o “letrero”, es un método visual de gestión de proyectos que permite a los equipos visualizar sus flujos de tareas y la carga de trabajo. Su origen está en los procesos de producción just-in-time (JIT) ideados por Toyota en los años 30, en los que se utilizaban tarjetas para identificar necesidades de material en la cadena de producción.

Mediante tarjetas de señalización que pueden ser físicas (tipo Post-It) o ser accesibles online, Kanban permite identificar de forma clara y rápida el estado actual de las tareas, lo que se debe hacer y lo que ya se ha terminado. Este método no propone, en sí mismo, un cambio en los procesos o estrategias, sino que ayuda a la organización de las tareas de forma visual para que todo el mundo tenga claro cuál es el flujo a seguir y qué proceso toca en cada momento.

  • Business Model Canvas

El modelo Canvas es una metodología ágil de emprendimiento que se usa cuando se quiere crear una nueva empresa o propuesta de valor y consiste en plasmar en bloques los elementos más importantes del nuevo producto o servicio que se quiere llevar al mercado.

El Business Model Canvas consiste en una tabla con ocho elementos: segmentos de mercado, propuesta de valor, canal, relación con el cliente, fuentes de ingresos, actividades clave, recursos clave y socios clave. Al presentar estos ocho elementos de forma muy visual, este modelo permite a los equipos hacerse una idea clara del proyecto de un vistazo.

  • Kaizen

El modelo Kaizen, cuyo nombre proviene del término japonés que significa “cambio a mejor”, es un proceso de mejora continua basado en acciones concretas, simples y poco costosas, y que implica a todos los trabajadores de una empresa, desde los directivos hasta los trabajadores de base. Se basa en cuatro principios que se ordenan formando un ciclo de mejora continua: planear, hacer, verificar y actuar.

 Como hemos visto, Agile es más que una metodología de trabajo y se ha convertido en un cambio organizativo para muchas empresas que ya se materializa en resultados tangibles como la velocidad de entrega y la flexibilidad a la hora de asumir proyectos complejos. No se trata de una moda pasajera, sino de una palanca fundamental para una transformación que ya ha comenzado.

Mantente informado

Suscríbete a nuestra newsletter y mantente siempre informado de todas las iniciativas, propuestas y actividades que organizamos.