Transformación
Las redes sociales y las aplicaciones de citas han dado lugar a nuevos comportamientos como el ghosting, el marcharse en silencio como un fantasma sin dar explicaciones. A nadie le gusta ser rechazado; ni siquiera rechazar es una situación cómoda, así que la opción de desaparecer se ha convertido para algunas personas en la mejor salida.
No vamos a hablar aquí de citas a ciegas sino de cómo esta actitud se ha extendido al ámbito laboral, generando un panorama preocupante que afecta tanto a los candidatos a un puesto de trabajo como a las empresas o reclutadores. Porque el ghosting laboral puede “practicarse” en ambas direcciones.
En el caso de candidatos que están en un proceso de selección a un puesto de trabajo, puede darse el caso de que desaparezcan repentinamente sin previo aviso.
Según una encuesta llevada a cabo por Indeed en Estados Unidos, el 78% de los encuestados en búsqueda de empleo admitieron que habían hecho ghosting a una empresa o agencia de contratación. El 59% se arrepintieron luego de su actitud, pero el 23% admitió que desaparecer sin explicación les empoderó.
En España, este fenómeno está también siendo cada vez más habitual. Asociado más a la generación Z (aunque los estudios dicen que la generación X y los millennials tampoco se libran), los jóvenes que abandonan un proceso de selección sin decir adiós, que no se presentan a una entrevista laboral o que no acuden a su puesto de trabajo una vez han sido elegidos aducen diversas razones:
Como hemos dicho, no solo el candidato a un puesto de trabajo puede abandonar sin explicación un proceso, sino que, en algunas ocasiones, también son las empresas o agencias de contratación las que dan la callada por respuesta.
En este caso, los que más se ven afectados son los mayores de 45 años y, en particular, las mujeres. Un 48% jamás recibe una respuesta –ni positiva ni negativa– después de postularse como candidata a una oferta, frente al 39% de los hombres, según Rosario Sierra, directora de negocio corporativo de LinkedIn España y Portugal, en la revista Magas de El Español.
Este silencio afecta a los candidatos, que se sienten frustrados y desmotivados, además de que pueden ser penalizados y quedar excluidos de futuros procesos al demostrar poco interés y formalidad.
Independientemente de que sea el candidato o el reclutador el que haga ghosting, el impacto en la empresa es evidente.
Afecta a los costes de contratación. El hecho de que una persona que está en un proceso de selección abandone implica pérdidas económicas para la empresa por el tiempo y los recursos invertidos en la selección y en la contratación. Asimismo, cuando un trabajador deja su puesto de manera inesperada, las empresas deben redistribuir tareas y buscar reemplazos, lo que afecta a la productividad. Por último, tiene un impacto en la moral del equipo, ya que los compañeros pueden verse sobrecargados, generando desmotivación y estrés.
Para disminuir el impacto del ghosting, las empresas pueden implementar diversas estrategias:
1. Mejorar la experiencia del candidato
Un proceso de selección claro, ágil y con comunicación frecuente reduce la posibilidad de que el candidato desaparezca. También es útil ofrecer feedback sobre las entrevistas y procesos de reclutamiento.
2. Fomentar el compromiso desde el inicio
Mostrar las oportunidades de crecimiento de la empresa y transmitir una cultura empresarial sólida ayuda a generar una conexión con el candidato o empleado.
3. Agilizar los procesos de selección
Un proceso de contratación excesivamente largo puede hacer que los candidatos pierdan interés o reciban otras ofertas. Reducir los tiempos de espera y mantener un contacto frecuente es clave para evitar el ghosting.
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