Líderes
¿Quién no ha vivido una situación así?: estás en un acto, rodeado de gente, tratando de entablar una conversación cordial, buscando la fórmula para romper el hielo y de repente, alguien sin hacer el mínimo esfuerzo acapara toda la atención. Hay algo en esa persona que nos atrae: puede ser su manera de andar, de presentarse, su tono de voz, la broma que cuenta en el momento adecuado… Parece que lo hace sin esfuerzo, como si tuviera un don natural. Llamémoslo encanto, magnetismo, duende; en definitiva, el carisma o la capacidad que tienen algunos para fascinar.
El líder en una organización es quien dirige y orienta al grupo. Para ello, requiere de unas habilidades y cualidades como saber comunicar, tener empatía, estar comprometido, trabajar en equipo, ser innovador, resiliente y carismático. Sí, el carisma ayuda al líder porque le va a aportar unas herramientas muy útiles a la hora de dirigir equipos y proyectos.
La pregunta que nos hacemos entonces es si todo líder es por naturaleza carismático o si, por el contrario, el carisma se puede aprender. Según John Maxwell, escritor y conferenciante norteamericano centrado en analizar el liderazgo, el carisma debe formar parte del carácter de un líder, pero no es algo inherente, sino que se puede adquirir aplicando una serie de prácticas comunicativas.
De la misma opinión es Charles Duhigg. El periodista norteamericano y premio Pulitzer analiza la capacidad de la conversación como herramienta para conectar con los otros en su libro “Supercomunicadores. Cómo desbloquear el lenguaje secreto de la conexión”. Como el propio autor explica en el artículo para The Wall Street Journal y publicado en El Confidencial “el carisma no consiste en una gran interpretación. Se trata de un estado que provocamos en otras personas”. Es lo que John Maxwell llama la capacidad para atraer a la gente hacia ti. En su libro “Las 21 cualidades indispensable de un líder”, Maxwell dedica un capítulo al carisma y establece cuatro requisitos para desarrollarlo.
Al mismo tiempo, para trabajar el carisma, Maxwell recomienda alejarse de estas cinco características que generan rechazo en la gente e impiden el objetivo que se busca, el de atraer.
A partir de este punto de partida, conociendo qué aspectos debemos potenciar y cuáles modificar o abandonar, tanto John Maxwell como Charles Duhigg dan una serie de claves para perfeccionar la capacidad que tiene una persona para conectar con los demás y atraer la atención.
En el mismo artículo, la columnista y experta en rendimiento laboral Henna Pryor explica que desarrollar el carisma comienza por consolidar la confianza en uno mismo. La autora subraya que las personas cautivadoras también comenten errores, pero reaccionan más rápido que el resto. Según Maxwell, “cuando se trata de carisma, lo fundamental es la disposición hacia los demás. Los líderes que piensan en otros y en sus intereses antes de pensar en ellos mismos, muestran carisma”. Duhigg apunta además que “puede que te contraten en una empresa por tus habilidades, pero tu capacidad para comunicarte y ganarte la confianza de la gente te impulsa en la jerarquía. En esto consiste el liderazgo".